Luz

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“Hay que ser abierto de cabeza y saber pisar tanto Punta del Este como la Bristol. Aprender a adaptarse. Nunca tuve problemas con esto, es uno de las mejores lecciones aprendidas de mi familia”, dice este chico un tanto cheto que se las ingenia (y muy bien) para interpretar una realidad quizás un tanto alejada de la suya.

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«Ahora se me acercan las maduritas»
 

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