Luz

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-Hablás de la crisis de los ‘30 pero recién cumpliste los 29. ¿Siempre fuiste una adelantada a tu tiempo?
-Digamos que siempre tuve contacto con gente más grande que yo. Desde chiquita fue así y supongo que eso me terminó moldeando. Respecto a esa famosa crisis, por ejemplo, la verdad es que la atravesé mucho antes, a los 24. Y fue una crisis muy profunda, casi existencial te diría.
-¿Creés que en las mujeres es más fuerte ese replanteo?
-Mmm, puede ser por el tema de los hijos y el reloj biológico pero en mi caso eso no apareció ya que fui mamá a los 21. Yo creo que es algo universal, los hombres también pasan por esa crisis, a su manera. Me parece que hay un mandato social muy grande con los 30. Se los toma como la edad en la que tenés que tener todo -familia, trabajo, porvenir- resuelto porque sí. Y no es tan sencillo. Para nada.
-¿Eso fue lo que te pasó a los 24?
-Algo así. Empecé a dudar de todo, hasta de mi vocación. Me fui a trabajar a una tienda de vinilos en una galería de la avenida Corrientes y rechacé un montón de trabajos como actriz. Entre ellos, Toc Toc, ¡hoy sería millonaria! (ríe). No sé si tanto, pero me hubiese llevado un dinero interesante. Pero en se momento no podía pensar claramente en nada. Me había separado del papá de mi hija (N de la R: el tecladista de Babasónicos, Diego Tuñón) y empezaba una relación con el futuro papá de mi hijo. Fueron muchas cosas juntas, que con el tiempo se fueron ordenando solitas.
-La vida en pareja suele ser detonante de crisis, ¿cómo estás hoy con eso? >>

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“Todavía no sé cómo logré salir del pozo”
 

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