«Creo que soy mi mejor compañía, mientras yo me tenga a mí, no me va a pasar nada (sonríe). Viví mucho tiempo sola y al día de hoy cuando mi hijo se va con el padre algunos fines de semana, mí mamá me llama y me invita a comer y ¡obviamente le digo que no!. Para mí el silencio es sagrado. A la mayoría de las mujeres que tenemos hijos, nos pasa eso. Por momentos no escuchar la palabra mamá es como estar en un spa».
Imagen anterior
RSS
G Plus
Facebook
Twitter