
«Isabel II es una mujer muy sólida. Asà que lo más complicado fue tener su acento, ella habla de una manera muy especial y singular y tiene una voz caracterÃstica. Además tuve que aprender muchÃsimo de protocolo, tomé clases para ser reina (risas), ¡hasta me enseñaron cómo tomar el té de la manera correcta!».
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