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11/06/2017

Mariana Fabbiani: «Soy una defensora del género»

Por Fernando Gómez Dossena | Con el paso del tiempo se animó a mostrarse más auténtica y hasta políticamente incorrecta. Aquí habla del paso del tiempo, de cómo conjuga los roles de mamá, esposa y profesional y, por supuesto, de su público más fiel: las mujeres.

Hace poco tiempo que se mudó. Y nos asegura que tenemos el honor de hacer la entrevista en su casa, la que todavía no conocen muchos amigos y mucho menos ¡periodistas!. Nos recibe en una sala de estar en la que suele mirar televisión. Hay mucho silencio, aunque de fondo se escuchan  las voces de sus hijos, Matilda (7) y Máximo (4). Es la hora pico en su hogar: el regreso del trabajo, la organización de la tarea de los chicos, el baño y más etcéteras… Pero Mariana (42) elige la tranquilidad para esta charla, con una pava de acero -no estrenada- sirve el té y se dispone a la entrevista. En el medio, por supuesto, hay interrupciones: su marido, el productor Mariano Chihade, le hace una consulta sobre el programa, alguno de los chicos pregunta por ella y la chica que la ayuda nos acerca algo para comer… “Buscamos paz y al final esto es como una comedia de enredos”, lanza Mariana divertida, la misma que está nominada y será nuevamente la anfitriona de los premios Martín Fierro.
-El Diario de Mariana cumplió hace poco mil ediciones, ¿qué significa para vos este programa?
-Siento que todos los programas que hice han sido bisagra en mi carrera. Antes de empezar con El diario… pensaba cuál iba a ser mi camino como como conductora: si me dedicaba al entretenimiento, a lo periodístico… Y acepté la tarde de El trece, primero le pusimos mucho humor y después la actualidad nos marcó agenda. Para mí fue un gran aprendizaje, casi como hacer la carrera de periodismo al aire (risas).
-¿Y ahora te preguntás qué puede venir después?
-A veces, pero sé que lo que vendrá estará en el espectro que siempre manejé, no hay muchas opciones más…
-¿Conductora de noticiero?
-No me imagino, porque siento que me acotaría un poco. Me divierte hacer una entrevista que no tenga que ver sólo con la actualidad. Entiendo que el público busca la noticia del día en el programa, pero también el color que le aportamos. No aspiramos a ser un noticiero, yo no soy periodista, lo hago desde el sentido común, desde el oficio de comunicadora y rodeada de excelentes periodistas.
-¿Sentís que El diario… te desacartonó, te volvió más políticamente incorrecta?
-Puede ser. Fue sin querer, digamos. Creo que el estar sin red y expuesta a diferentes temas calientes me ayudaron a mostrarme más tal cual soy. Suelen criticarme por tibia, pero no lo veo como algo malo.
-¿Por qué?
-Me parece casi un elogio en una época que todo está tan radicalizado. Ser tibio a veces te ubica en otro lugar y te permite pensar más o reflexionar. La vida está llena de grises. En un punto, El diario… me mostró más real. Tengo mi carácter y soy tana, pero a su vez, soy concilidadora todo el tiempo, busco el equilibrio porque no me interesa el conflicto y lo evito. El quilombo me puede dar más rating, pero no me hace feliz. No siento que ese sea mi negocio. Pero, en definitiva, me doy más permisos, no tengo directamente miedo a la opinión ajena, ya no estoy pendiente del qué dirán.
-¿Cómo es trabajar con tu pareja?
-Nosotros lo disfrutamos. Yo lo admiro mucho a Mariano como productor, es el mejor que puedo imaginar. Es un tipo que labura 24 horas para todos sus programas. A veces no coincidimos en el contenido, pero bueno, negociamos.
-Es la base del éxito…
-Sí, para todo en la vida. Siempre es un poco conflictivo trabajar con la familia o con la pareja, pero en definitiva y en este caso, es mucho más lo bueno que lo malo. Cuando las cosas no van bien, nos sostenemos mutuamente. Y cuando las cosas funcionan –que gracias a Dios ha sido la mayoría de las veces- las disfrutamos juntos también.
-¿Hablan mucho de televisión?
-Tenemos momentos, pero al fin y al cabo los chicos nos obligan a llegar a casa a mirarlos y a que sean los protagonistas. El trabajo entonces sí o sí queda de lado y eso está genial.

«Siempre es un poco conflictivo trabajar con la familia o con la pareja, pero en definitiva y en este caso, es mucho más lo bueno que lo malo. Cuando las cosas no van bien, nos sostenemos mutuamente. Y cuando las cosas funcionan –que gracias a Dios ha sido la mayoría de las veces- las disfrutamos juntos también».

-¿Cómo sos como mamá?
-Creo que soy hincha. Me encantaría no serlo, pero estoy dentro del grupo de las obsesivas (risas). A veces estoy en el programa en el medio de una entrevista y pienso si le compré el cuaderno azul a Matilda para el colegio… Nosotras, las mujeres –yo creo que le pasa a todas las minas que laburan- estamos en veinte cosas al mismo tiempo. Hago miles de actividades para los niños, y en el medio trato de colar las mías.
-¿Y qué hacés cuando no sos mamá o cuando no estás trabajando?
-Son pocos los ratos (risas). Soy amiga, soy hija, soy hermana… Me ocupo de mis afectos, trato de nutrirme de la gente que quiero. Me gusta estar sola también, valoro el silencio. Leo, me siento a escribir o a escuchar música. Generalmente ese momento de instrospección me agarra de madrugada. Yo siempre fui noctámbula, me mata levantarme temprano para llevar a los chicos al colegio, pero lo hago religiosamente. Así que parezco Neustadt, duermo cuatro horas (risas).
-¿Te es difícil ponerle freno a una vida tan bulliciosa?
-Sí, pero yo vuelvo a tierra todos los días. Lo necesito, me lo pide el cuerpo. Si no, me enfermo. Si estoy ahí arriba en la vorágine, mi cuerpo me lo cobra. Tengo mucha vida interior. Reviso mucho mis actitudes, mi forma de ser, en qué estoy cambiando, en qué estoy distinta, mi relación con los otros. El silencio para mí es clave. Parezco un libro de autoayuda, pero estoy muy pendiente del ahora, es lo único que me ayuda a no conectarme con la ansiedad.
-¿Qué cosas te preocupan o por dónde pasa la ansiedad hoy?
-Los miedos vinculados a la salud. Uno quiere que la gente querida esté bien. Entonces, el único antídoto contra eso es vivir el presente. Si no, te volvés loca. Me focalizo, me esfuerzo. Me cuesta porque yo soy un torpedo, voy a mil por hora.
-¿Cómo se surfea la pareja con niños chiquitos?
-Y, bueno, hay que buscar los momentos. Dormimos de a cuatro, o sea, nos acostamos los dos y al rato somos cuatro (risas). No soy una fundamentalista ni del colecho ni del no colecho, hago lo que puedo, lo que siento que es mejor para mis hijos. Los libros en eso para mí no cuentan. Cada mamá y cada papá siente y sabe qué es mejor para su hijo. Y, bueno, nosotros defendemos mucho nuestro espacio. Intentamos hacer una salida solos todas las semanas. Alguna vez nos hemos hecho algún viajecito de dos días (risas). Todavía no nos animamos a una escapada más larga, nos resulta difícil dejarlos. Es re necesario laburar en la pareja por el bien de los chicos también, es importante que ellos te vean bien. Me parece que si uno pierde ese vínculo se va todo al diablo y no te das cuenta de en qué momento sucedió. Tengo suerte de estar muy enamorada de mi marido. Hay muchas familias que siguen juntas por el mero hecho de estarlo, creo que es mejor separarse y afrontar la culpa que a veces eso implica, es más sano para todos.

«Trato de comprometerme y de hacer todo lo posible para comunicar la lucha contra la violencia de género y de todos los tipos de violencia que existen. Me parece maravilloso lo que está sucediendo y que los varones se sumen. Muchos se sienten estigmatizados, pero es hora de que se sientan estigmatizados con algo (risas)».

-¿Cómo te cae el paso del tiempo?
-Me siento muy bien con el 4 adelante (risas). No pretendo tener 20 y estoy orgullosa de cómo llegué hasta en los aspectos que más me interesan en la vida. No cambiaría esta edad ni loca. Tengo otra templanza, otra experiencia, otra madurez, aprendí a disfrutar de la vida. Si te quedás luchando frente al paso del tiempo no evolucionás y mi intención es llegar cada vez más sabia a la vejez.
-Las mujeres te quieren mucho, ¿qué opinás de todo lo que está sucediendo con los movimientos femeninos, las marchas y el fenónemo #niunamenos?  
-Lo sé, sé que soy amiga de las mujeres. Siempre me enorgulleció eso y alimenté ese vínculo porque realmente lo siento. Soy una defensora del género, no soy de las que creen que entre nosotras somos competitivas. Trato de comprometerme y de hacer todo lo posible para comunicar la lucha contra la violencia de género y de todos los tipos de violencia que existen. Me parece maravilloso lo que está sucediendo y que los varones se sumen. Muchos se sienten estigmatizados, pero es hora de que se sientan estigmatizados con algo (risas). Nosotras nos hemos sentido estigmatizadas con mil cosas todos estos años, así que cuídense, que estamos unidas y alertas.

 

 

4 pensamientos en “Mariana Fabbiani: «Soy una defensora del género»”

  1. JaJa,mercenaria Macrista,te cansaste de desfenestrar a Cristina en parte solo por ser mujer al servicio de tu jefe mafiosos Magneto,zorra hdp,tenes menos codigos que un cipayo UltaM.o bien es por que sos uno.,eso si,a vos te garpan bien por militar con los prorruptos.

  2. Toda defensora de su género que se precie de tal debe proponer mejoras concretas, sin tanta propaganda como el #niunamenos pero con la contundencia que sigue faltando. Medidas concretas: pedir autorización a Highton para consultar todos los expedientes por violencia y denunciar a los jueces cuando no cumplen; hacer piquetes femeninos cuando no hay policías disponibles para montar guardia; difundir la app de botón anti-pánico; pedir la simplificación de los trámites de denuncia de violencia familiar; etc, etc, etc.-

  3. No creo que mariana sea defensora del genero al 100% ya que en vivo en su programa le dijo a una vendedora que bese a un compañero suyo .y la chica acepto cuando la chica habia dicho cuando empezo la nota. Oseaaa.?

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