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09/07/2017

“Logré calmar todas mis ansiedades”

Por Pablo Steinmann | Sensible e intensa. Así se define y se muestra esta actriz que a sus 35 afirma haber aprendido a valorar las cosas más pequeñas de la vida. En pareja con Marco Caponi, y a punto de mostrarse muy hot en cine, se confiesa como nunca.

Nuevos aires. Tras una década de intensa actividad en televisión, Mónica está reencontrando su camino en el cine, medio que este año la sorprendió con dos interesantes proyectos: No desearás al hombre de tu hermana y la reciente -acaba de empezar el rodaje- Debacle (de Claudia Pérez y con Araceli González). Ambas tienen muchas figuras en sus elencos y según Mónica, un interesante enfoque femenino. Sobre la primera (que se estrenará en octubre) ya se ha escrito bastante. Con guión de Erika Halvorsen (la misma autora de El hilo rojo y Amar después de amar) la película no sólo marca el debut cinematográfico de Carolina “Pampita” Ardohain, sino que lo hace con una historia hot y provocativa: el triángulo amoroso entre un hombre, Juan (interpretado por el galán Juan Sorini) y dos hermanas: Ofelia y Lucía (Pampita y Mónica). “Lo que me resulta interesante de la historia es que juega un poco con ese mandato antiguo y patriarcal que pone al hombre como objeto de deseo, como trofeo y fuente de todo lo mejor. Esa cosa de: ¿a ver a quién elige este semental…?”, comenta y completa: “Nunca me pasó algo así -para empezar porque soy hija única- pero no me imagino en la posición de esperar la decisión de un hombre como si fuera Dios”, sentencia.

-¿Fuiste engañada alguna vez? En la película te toca interpretar ese rol…
-No que me haya enterado, pero seguramente sí. De todas maneras, creo que en general me he autoengañado más, luchando contra lo evidente, que lo que me han engañado otros. No sólo hablo de infidelidades; vivo topándome con desilusiones de todo tipo, cosas que parecían ser de una manera y al final no lo eran.

-¿Sentís que la fidelidad es un ideal difícil de alcanzar?
-No. En lo personal, yo siento que me costaría mucho estar en dos relaciones distintas a la vez. Ya bastante me cuesta una… No es sencillo estar presente, a mí por lo menos me cuesta un montón “estar”. En todo sentido lo digo. Supongo que no soy la única y que por eso hay tantas “fugas” en el mundo. La infidelidad es una mezcla de escape y miedo.

-¿Miedo al compromiso quizá? ¿Vos sos de tener ese miedo?
-Tengo todos los temores posibles. Mi nombre debería ser Mónica “Miedo” Antonópulos (risas) ¿Hay algún ser humano que no sea miedoso? Por supuesto que hay diferentes grados, yo hoy puedo salir a la calle, estar acá y hacer una nota. Aunque admito que hubo veces que todo eso me atemorizaba un poco.

-¿Hacés terapia?
-Sí, desde los 17 años que me analizo. Me gusta mucho tener mi espacio de reflexión y con el tiempo fui cambiando de enfoques, analistas…. Ahora estoy con la bioenergética, que es una terapia más física y corporal, y también con mi analista más tradicional. Continuamente me estoy autoexaminando.

-Hablando de autoexaminarse, ¿no tenías prejuicios con Pampita?
-Sí, muchos. Te mentiría si te dijera que no. Fui al rodaje con todos esos prejuicios a cuestas y me recontra sorprendí, me encontré con una excelente compañera, súper profesional y dispuesta a todo. Que además realizó un increíble trabajo. Ya lo verán, pero estoy convencida de que no podría haber una mejor Ofelia que ella. Eso fue otro de los aprendizajes que me dio esta película, entender que los prejuicios están hechos para romperse. Estuvo buenísimo vivir eso. Y creo que me gané además una gran compañera de trabajo.

“En general me he autoengañado más que lo que me han engañado otros. No sólo hablo de infidelidades; vivo topándome con desilusiones de todo tipo, cosas que parecían ser de una manera y al final no lo eran”.

-¿Tuviste escenas eróticas con ella?
-No, es la fijación de muchos hombres, ¿no? Quieren que las hermanitas estén juntas si o sí… (ríe). Mis escenas más “jugadas” fueron todas con el personaje de Juan (Sorini).

-¿Las vivís como naturales a ese tipo de situaciones ya?
-Más o menos. Nunca son una escena más. Digamos que cada vez tomo más precauciones al respecto. Me interesa mucho el por qué y el para qué de cada escena jugada… Es como que estoy más pendiente de que haya un sentido atrás. A veces funciona y otras veces no…. (sonríe).

-¿Entrenaste especialmente para la película?
-Digamos que lo intenté. Con el gimnasio yo siempre tengo etapas. El año pasado me tocó un gran grupo de mamis del jardín con el que salí a correr un montón. Después bajé las revoluciones y antes del rodaje me puse a entrenar muy fuerte, hacía CrossFit tres veces por semana. Me mató, quedé de cama un mes, con una especie de resfrío y fatiga fatal. Me parece que lo mío tiene que ir más por el yoga, el baile o en todo caso el running.

-La historia está ambientada en los años ‘70, la misma década con la que le tocó trabajar a tu novio Marco Caponi (hace de Sandro en la miniserie sobre su vida)…
-Sí, fue muy loca esa coincidencia. Y muy divertida. Lo bueno es que los dos estamos escuchando la misma música: ¡Sandro!

-¿Te gustaría volver a trabajar con Marco?
-Sí, me encantaría. No lo digo porque es mi pareja, pero es un talentoso total. Me encanta lo que hace. Y además es muy divertido en un set, así que sí, ojalá volvamos a coincidir en un proyecto.

-En tu última nota con la revista hablabas de lo difícil que te resultaba la convivencia…
-Sí, pero me di cuenta que el problema no es tanto la convivencia, sino con quién la encarás. El aprendizaje iba por ahí. Por otro lado, también es cierto que fui cambiando ciertos dogmas que tenía en mi cabeza. Estoy más abierta al diálogo, menos encerrada en los “sí” y “no” de antes. Supongo que es parte de lo mismo: no había parecido la persona indicada. Después de que me separé del papá de mi hijo Camilo (N de la R: el actor Coraje Ábalos), no hubo ninguna historia que me planteara un compromiso real. Hasta ahora. Quizá es porque en el fondo los procesos de separación son muchos más largos de lo que una supone o desea.

“Antes me la pasaba corriendo y pensando ‘quiero esto, quiero lo otro’. Hoy no pretendo más de lo que tengo. Me parece un montón ya”.

-¿Qué cosas te atraen mucho fuera del trabajo?
-Uy, cada vez son más… Últimamente hasta me amigué hasta con la idea de aburrirme. En serio lo digo, logré calmar todas mis ansiedades y empecé a encontrar mucho placer en lo pequeño, en las cosas cotidianas de mi casa y mi entorno. Disfruto mucho de estar con mi hijo, de redecorar un cuarto o de cocinar…. Aunque admito que ahora con Marco tengo un gran chef en casa…

-¿Disfrutás más tu tiempo libre?
-Sí, te diría que hasta demasiado… (sonríe). Empecé a tomar clases de piano y de canto. Casi por casualidad me rodeé de músicos. Para empezar, Marco, que toca el piano y la guitarra. Y también mi hijo, que toca la batería. Encontré algo ahí muy interesante para compartir con él. Él va a su clases de batería y yo a la de piano en el mismo lugar. Disfruto mucho de esa cotidianidad.

-Estás más aplacada… ¿más sabia?
-Estoy más grande… (ríe) Y sí, me siento más serena. Soy una mina intensa, lo sé, pero estoy logrando tener mucha más tranquilidad y que nada se transforme en algo tan relevante y crucial. Además, había algo en el hecho de correr que me generaba mucho vacío… Para qué tanta prisa, ¿no? La verdad es que soy una mujer tremendamente afortunada, por donde me mires. Y soy consciente de eso. Mi hijo está bárbaro, tengo un trabajo que disfruto, una pareja hermosa… Puedo darme el placer de no trabajar y además no vivo apegada a los los lujos ni el dinero… (Se emociona hasta las lágrimas y con una suave sonrisa remata). ¡Y soy muy sensible además! (ríe) Fuera de broma, antes me la pasaba corriendo y pensando: “quiero esto, quiero lo otro”. Hoy no pretendo más de lo que tengo. Me parece un montón ya.

-¿Volver a ser madre te gustaría?
-Si, claro. Me encanta la maternidad. Marco no es padre y sí, obviamente hemos hablado de esa posibilidad. Pero vamos de a poco. ¡Somos dos pibes todavía! Yo siento que con él hay tiempo de sobra para todo… <

 

 

2 pensamientos en ““Logré calmar todas mis ansiedades””

  1. Siempre me sorprendió lo rápido que se enamora y desenamora esta mujer. Siempre que se separó de su pareja de años, tenía ya otro al mismo tiempo. Feito.

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