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16/10/2017

Jennifer Lawrence: “No está en mis planes cambiar”

Por Fabián Waintal |Viene de estrenar ¡Madre!, película que cosechó tantos adeptos como enemigos. Sobre ese rodaje, su carrera, la fama y sus luchas contra el machismo habló en exclusiva con LUZ la chica dorada de Hollywood.

El domingo por la madrugada la ciudad entera de Toronto todavía dormía. Ni siquiera un café había abierto para despertar las calles vacías. Pero dentro del cine de Scotiabank, en medio del prestigioso Festival Internacional, Jennifer Lawrence había llenado dos salas enteras con aquellos que quisieron ser los primeros en ver la nueva película ¡Madre!, dirigida por Darren Aronosfoy (su ya confirmada pareja) y con un elenco de lujo: Javier Bardem, Michelle Pfeiffer y Ed Harris. Además de ella, claro, que pudo charlar con LUZ luego de esa comentada première, que suscitó tantos apoyos como rechazos.

-En la película te la pasás rechazando a los admiradores que quieren conocerte ¿en la vida real sos igual?
-¡No! Soy consciente de que si no fuera por los admiradores yo no podría hacer lo que tanto amo. Creo que hasta no sería útil en esta sociedad. Actuar es lo único que sé hacer en esta vida. Y lo que más amo. Si no tuviera fans, realmente no sé qué haría.

-¿Incluso en medio de la locura de estos días?
-Sí, en la película, de hecho, se trata un poco este tema por el costado ya que hablamos del aspecto insaciable de la humanidad, especialmente ahora con Internet, donde parece que siempre necesitamos más. Pero volviendo a tu pregunta, en festivales o eventos siempre firmo todos los autógrafos que puedo. Y saludo a cuantas personas me es posible.

-¿Nunca te negaste a una selfie?
-De vez en cuando digo “no”, sobre todo si estoy yendo al supermercado o saliendo de un restaurante y realmente me agarran por sorpresa. Me parece importante establecer ciertos límites, pero no porque vaya a salir mal, desarreglada o sin maquillaje en una foto. Lo hago por mí. No soy de las que se preocupan por el análisis de sus looks en las revistas. No me molesta si tal sitio de moda critica mis pijamas, para nada… (ríe)

-¿Qué consejo le darías a la Jennifer Lawrence de tus comienzos?
-(Piensa) Probablemente le diría: “Asegúrate de saber cuánto cobran los demás antes de aceptar un trabajo”.

“La discriminación salarial es un insulto para las actrices. Lamentablemente, no es sólo un problema de Hollywood, sino algo que afecta a todas las mujeres y a escala global. Sin embargo, las cosas están empezando a cambiar”.

Con más de 5500 millones de dólares en recaudaciones, Jennifer Lawrence es para el cine lo que en otras épocas fue Julia Roberts o Sandra Bullock. La diferencia, claro, está en que Jen todavía no llega a los 30 años y al menos hasta ahora, es la más exitosa de su generación. Circunstancia que jamás le impidió (es más, la utilizó para amplificar el reclamo) transformarse en una de las más acérrimas luchadoras contra la diferencia salarial de género en Hollywood. “La discriminación monetaria es un insulto para las actrices. Lamentablemente, no es sólo un problema de la industria del entretenimiento, sino algo que afecta a todas las mujeres y a escala global. Sin embargo, las cosas están empezando a cambiar. Está en nosotras hacer algo al respecto”, declaró con un aplomo que no deja de sorprender. Jen, no olvidemos, nació el 15 de Agosto de 1990, en Louisville, en el tradicional estado de Kentucky. Su padre, Gary, trabajaba en obras de construcción y su madre Karen administraba campamentos infantiles. Apenas tenía 14 años cuando probó suerte con la actuación en Manhattan y desde las primeras pruebas de audición, ya quedó claro que había nacido para ello.
Empezó en televisión y a los 18 debutó en cine en la película Garden Party. Apenas tres años después, ya estaba entre las nominadas al Oscar gracias a su excelente trabajo en la película de suspenso Lazos de sangre, junto a Nicole Kidman. Luego llegarían X-Men: Primera Generación (donde hizo de una joven Mystique) y la saga Los Juegos del hambre, a la que llegó tras perder frente a Kristen Stewart el rol de Bella en la trilogía de Crepúsculo. En 2012, con la singular comedia El lado luminoso de la vida, volvió a pisar la alfombra roja de los Oscar, consiguiendo su hasta ahora única estatuilla (en 2014 fue nominada por tercera vez con Esplendor Americano y en 2016 llego la cuarta con Joy).

-¿Recordás esa noche del Oscar de manera especial?
-Recuerdo que me fui a dormir temprano, porque nunca voy a las fiestas post entrega. La única vez que fui a una me sentí absolutamente miserable y salí enseguida. Volví a casa, a comer pizza de Domino’s. Una amiga la había pedido por teléfono pero era demasiado alta, no finita como a mí me gusta. Eso sí que me molestó (risas).

-Antes de ganar el premio dijiste que no sabías hasta que punto podía llegar a cambiar tu vida. ¿Se nota el cambio ahora?
-Sí, especialmente con los paparazzi… Es algo que una siempre escucha pero hasta que no te pasa no tomás real dimensión de ello. Es lógico pensar que es molesto, pero no creés que te vaya a dar miedo o que sea tan deprimente. Pero lo horrible es acostumbrarse a ese lado poco brillante de que te persigan diez hombres que no conocés o que incluso se queden a dormir en la puerta de tu casa. Pero aún en la peor de esas situaciones, jamás me arrepentí de lo hecho. Y lo más importante de todo es que mi vida personal, mi familia y yo, todo eso sigue inmune a los golpes.

-¿Cambiaron tus elecciones en el trabajo?
-No porque tampoco nunca acepté un rol por alguna razón más allá de haber querido hacerlo. Por eso no es que ahora me puse a pensar: “Bueno, ya que gané un Oscar debería buscar personajes de tal estilo”. En absoluto.

-¿Cuánto influenció Darren Aronofosky en tu decisión de filmar ¡Madre!?
-Fue un “¡sí!” instantáneo, incluso antes de leer nada. Me contó sus ideas y me pareció que lo que tenía entre manos era algo brillante, único y un verdadero desafío. Hace años que lo admiro. Me encanta su coraje. Una vez que me contó las ideas que tenía en su mente, acepté filmar la película y recién después recibí el guión. Cuando lo leí, lo tiré por la ventana y le dije que tenía serios problemas psicológicos pero me pareció una obra maestra. En ningún momento tuve dudas.

-¿Cómo describirías la película con tus propias palabras?
-Es alegórica, con enormes metáforas universales y bíblicas que Darren recreó a través de una narración muy original. Es algo increíble y único que nunca antes habíamos visto.

“Lo que más me gusta hacer cuando no trabajo es leer. Y si puede ser en el sillón de mi casa, mejor. Llegué a devorarme cinco libros en muy poco tiempo”.

-Mucha gente se quejó de sus alegorías y del hecho que Darren haya salido a contar que vos representás a la Madre Naturaleza en la historia…
-No creo que contar eso le haya arruinado el final de la película a nadie. Es más, supongo que ayudó a muchos. Creo que sería una lástima ver esta película sin saber lo que estás mirando. Me parece que si sabés de qué se trata, deberías compartirlo. Es algo hermoso, muy poderoso y una genialidad.

-¿Qué es lo que más te gusta hacer cuando no trabajás?
-Leer. Y si puede ser en mi sillón de casa, mejor. También leo mucho en los rodajes. He llegado a devorarme cinco libros durante la filmación e una película. Lo curioso con las novelas es que siempre me angustio al final, ¡quiero saber más! Siento que tengo que saber cómo sigue la historia, es injusto que me digan que terminó ahí. Con las series siempre hay revancha, pero con los libros no. Terminan como si el autor hubiera muerto…

-En algún momento dijiste que te gustaría escribir, ¿verdad?
-Si, en realidad me gustaría hacer tantas cosas… Adoro andar en moto, o a caballo. Cada vez que vuelvo a Kentucky me subo a uno. Y amo pintar. Pero sí, hace rato que escribo cosas o frases que me gustan. Me encantaría llevar un diario personal, así no me olvido nunca de las cosas que hago y vivo. Quizá lo empiece en breve. Sería una especie de diario de Bridget Jones, ya que a mí también me encanaría adelgazar un poco… (ríe).

-¿Producirías una película con la adaptación de tu diario íntimo?
-¿Mi diario? ¡No! No es algo que me gustaría ver, solo lo haría para leerlo.

-¿Siempre tuviste los pies tan firmes sobre la tierra? ¿Tu familia tuvo mucho que ver en eso?
– ¡Tampoco quiero darle todo el crédito a mis padres! (ríe) Pero sí, tengo una gran familia. La actuación es sólo un trabajo, no hay necesidad de actuar diferente en la vida real. Hasta ahora, por lo menos, no se me ocurrió cambiar mi esencia, no es algo que esté en mi planes, aunque tampoco puedo prometerte nada… (pone cara de picara y ríe).

 

 

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