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26/12/2017

Zaira Nara: «Ni loca tendría cinco hijos como Wanda»

Por Fernando Gomez Dossena | La coconductora de Morfi (Telefé) repasa su “gran año”, revela que le gustaría volver a ser madre, pero jura que jamás tendría una familia tan numerosa como la de su hermana Wanda.

Su nombre (bastante único) es ya una marca registrada. Hace 15 años que dio sus primeros pasos como modelo y hoy a los (casi) 30 se consolida como conductora. Junto a Gerardo Rozín anima las mañanas de Telefé en Morfi, todos a la mesa (de lunes a viernes de 9 a 13 horas), además la figura de Multitalent no abandonó sus actividades como modelo (Ayres) ni su veta de empresaria con su marca de indumentaria Frany & Zoey, que tiene junto a la beauty Florencia Salvioni. “Zai”, como le gusta que la llamen, está en pareja con el barón Jakob von Plessen (37), con quien fue mamá hace casi dos años de Malaika, “la verdadera protagonista” de su vida.
-¿Qué aprendiste en este tiempo en Morfi, todos a la mesa?
-¡De todo! Este es un cierre de 2017 buenísimo, siento que crecí una década. Es el mejor año de mi carrera, ya que noto que el público me puede reconocer como conductora y no como la modelo que conduce. Obviamente sigo trabajando como modelo, pero yo siempre quise ser animadora y creó que Morfi me consolidó desde otro lugar, porque son tres horas en vivo y se tratan temas de todo tipo, desde política hasta gastronomía.

-¿Cómo te llevás con la cocina?
-Antes de Morfi cocinaba mucho más. Cuando estuve embarazada y en los primeros meses de crianza de “Mali” tenía un hashtag en Instagram que era #zaicook y subía muchas recetas. En ese momento tenía tiempo porque había dejado de lado los eventos y la vida social. Me encanta la cocina, pero lleva su tiempo. Ahora sé mucho más que antes pero me falta la práctica. Cuando voy al campo aprovecho y cocino.

-¿Cómo se organiza tu vida después del mediodía?
-Se apaga la luz de la cámara y salgo corriendo a mi casa para estar con mi hija. Trato de maximizar los tiempos, al canal llego vestida, peinada y maquillada. Doce y un minuto estoy arriba del auto y antes de y media en mi casa almorzando con “Mali” para después después dormir la siesta con ella. Cuando termino me saco el maquillaje y soy ciento por ciento mamá.

-¿Cómo sos como mamá?
-Pensé que iba a ser mucho más obsesiva de lo que soy. Más que nada porque mi mamá lo fue y siempre estaba pendiente de que no nos pase nada. Cuidado con tal cosa, cuidado con tal otra… Encima, a “Jako” lo criaron con libertad absoluta en el campo, entonces me hizo equlibrarme y sentirme más tranquila. Soy muy presente y re compinche, seguro en un par de años me va a decir que soy una pesada (risas).

-¿Te ves con cinco hijos como Wanda?
-¡Noooo! Ya tres me parece un montón. Tenemos ganas de encarar un segundo hijo, pero está difícil. “Mali” ya está un poco más grande y pensar de nuevo en un bebé nos cuesta, pero somos jóvenes y tenemos ganas de agrandar la familia… pero no tanto como mi hermana.

“Con Jako tratamos de por lo menos una vez por semana hacer un plan solos, aunque a veces nos miramos y decimos: Uy, falta “Mali”. Mi hija es la gran protagonista de mi vida”.

-¿Le pedís consejos a Wanda?
-¡Yo no sé cómo hace con cinco chicos! Ayer le mostraba un video de mi casa… estuve todo el fin de semana ordenando el lío que dejó “Mali”, así que no me puedo imaginar eso multiplicado por cinco. Evidentemente a mí me domina una y ella maneja a cinco de taquito. Tiene ayuda, pero los chicos quieren estar con la mamá y el papá, el momento de dormir, el del baño, cuando se despiertan a la noche… Además tenemos una familia muy nómade, así que si tuviera varios hijos creo que no viajaría tanto como lo hacemos ahora.

-¿En qué te cambió el ser mamá?
-Organizo los tiempos diferentes. Antes mi auto era mi casa y vivía yendo de un lado para el otro. Hoy no puedo creer cómo hacía todo lo que hacía, porque mi día se organiza en base a Malaika. Me tiño el pelo en casa, no se me cruza por la cabeza irme tres horas a la peluquería, ¡ni loca! Ser mamá me hace aprovechar al máximo del tiempo, elijo mucho mejor y soy más consciente de lo qué tengo ganas de hacer.

-¿Cómo es Malaika?
-Es igual al padre en todo sentido: no le tiene miedo a nada, es lanzada, ocurrente, movediza… ¡Es un ser hermoso!

-¿Y se parece en algo a vos?
-Siento que le gusta verme en mi trabajo. Cuando me maquillan y peinan en casa, ella se sienta en la especie de camarín que tengo armado y pide que la lookeen. Y hasta que no le ponen humectante en los labios no quiere desayunar. De esa forma me di cuenta de que algo de mi mundo le interesa y no sólo la naturaleza (risas). Ayer cuando me vestí para los 30 años del programa Susana (Giménez) me vio y me dijo: ¡princesa! Casi me muero, no es todo caballos como yo pensaba, hay algo de glamour en su genética.

-¿Cómo es Yaco como papá?
-Un amor… Si fuera por él se la lleva a cruzar la cordillera a caballo. Adora hacer actividades con ella y se muere al verla apasionada con todo el mundo que lo rodea.

-¿Cómo te sentís vos en el campo?
-Me fui adaptando, bastante de golpe (risas). Igual siento que es un cable a tierra que necesitaba. Cuando estoy allá me corro de todo mi ambiente, no uso maquillaje, tacos, no miro televisión, me vuelve un poco a la que era yo. No me iría a vivir al campo de por vida, ni dejaría los medios, pero creo que esta combinación de poder escaparme me parece muy bien. Son como mini vacaciones.

-¿Qué hacés cuando estás allá?
-Cocino, ando a caballo, tomo mate, juego con “Mali” y ahora tengo ganas de armar mi propia huerta.

-¿Logran tener intimidad de pareja con una nena tan chiquita?
-Uff, ¡qué difícil! Por suerte ella duerme en su cuarto. Aunque a la madrugada a veces nos llama: si la va a buscar Yaco sigue durmiendo, si voy yo está a los dos segundos en nuestra cama. Tratamos de por lo menos una vez por semana hacer un plan solos, aunque a veces nos miramos y decimos: Uy, falta “Mali” y seguro en algún momento de la cena empezamos a ver videos y fotos. Mi hija es la gran protagonista de mi vida.

-¿Cómo planean festejar hoy Navidad?
-Este año con la familia de Yako. Casi toda mi familia está en Italia con Wanda, y si bien hubo mucha insistencia por sumarnos al festejo de alla, tenemos ganas de celebrarlo en el campo con mi suegra y sus costumbres. Como la familia es austríaca tienen otra tradición, por ejemplo, el árbol de Navidad recién se arma hoy y se ve al momento de abrir los regalos. Tengo mucha curiosidad y ganas de festejarlo con ellos y de una manera diferente.

-¿Qué deseos tenés para el 2018?
-El 2017 fue un gran año para mí, así que quiero seguir así. Tengo una familia hermosa y el trabajo que siempre soñé. Nunca fui de pedir mucho porque gracias Dios la vida me dio más de lo que imaginaba.

 

 

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