Luz

RSS

G Plus

Facebook

Twitter

24/04/2018

«Con Mike siempre encontramos nuestro momento de intimidad»

Por Fernando Gomez Dossena | Luisana Lopilato pasó por Buenos Aires para presentar la película Perdida y hablar. De cómo es su rutina, de por qué se considera la peor anfitriona del mundo, de la intimidad con el cantante Michael Bublé y de sus expectativas por ser mamá finalmente de una nena.

Luisana llega a la producción y lo primero que pide es mate. Se sienta para maquillarse y peinarse y, celular en mano, comienza a ver sus redes sociales. “Mi hermano me explicó cómo ver las estadísticas de Instagram y tengo muchísimas seguidoras de 30 años para arriba. Estoy sorprendida, pero claramente crecí, no soy la misma de Rebelde Way y no me di cuenta. Ya no suman likes las fotos sexies, sino las recetas de cocina y las fotos con mis hijos”, cuenta la actriz con esa chispa que la caracteriza. La esposa de Michael Bublé viajó a Buenos Aires para un evento de Elvive de L’Oréal (marca de la que es embajadora hace 9 años) y para presentar la película Perdida, que cuenta una historia de tráfico de adolescentes en Argentina. Ella se pone en la piel de “Pipa”, una policía que vengará la desaparición de su amiga.


-Los últimos trabajos que hiciste estuvieron más vinculados con el drama, ¿la comedia ya no es lo tuyo?

-No, para nada, sigue siéndolo, pero me llegaron muy pocas propuestas de comedia.

-¿Te sorprende que te vean como actriz dramática?

-Me gusta, soy actriz y debo transitar todos los registros. Y lo que más me gusta es contar historias, me entusiasma ir al set, ponerme en la piel de otra persona, por eso, a pesar de mi vida compleja, no dejo mi trabajo.

-¿Y cómo hacés? Porque vivís afuera, tenés dos hijos, sos embajadoras de marcas…

-Trabajo menos de lo que quisiera. La clave para todo es ser organizada. Mike tiene un calendario muy ajustado también y súper programado, entonces cuando comienza el año los dos ya sabemos cuáles van a ser nuestras actividades. No solemos improvisar con temas laborales. Principalmente yo soy mamá. Es más, ahora a empecé a completar formularios y poner ama de casa como profesión.

“Mi marido y yo no tenemos horario de oficina, así que cuando necesitamos intimidad siempre encontramos un hueco. Lo peor de todo es que cuando hacemos salidas de enamorados, obviamente, terminamos charlando sobre los chicos”.

-¿Por qué? Si seguís trabajando…
-Y es lo que hago, la mayoría del tiempo soy ama de casa, así que no falto a la verdad. Aparte también es más sencillo para la aduana, si pusiera actriz me harían preguntas y demás. La vida me cambió mucho, realmente no podría hacer más de lo que hago. Mi sueño sería poder rodar dos películas al año por lo menos, pero no es sencillo. Mi realidad es otra y me casé sabiendo que mi familia es siempre la prioridad. Aparte Noah comienza este año en septiembre el jardín en Canadá y ahí veremos cómo nos organizamos. Capaz hagamos una mezcla de escuela presencial y home school.

-¿Cómo es tu rutina de ama de casa?

-No plancho, pero sí pongo la ropa a lavar y soy muy mamá, re presente con mis hijos. Acá en Argentina tienen ya su jardín, así que los llevo todas las mañanas, con Elias estoy haciendo la adaptación y me quedo las tres horas en la salita. Tengo a una mujer que me ayuda, viajamos juntos, vive con nostros y es parte de la familia. Entre las dos organizamos todo: qué comemos, quién va al supermercado y cocinamos juntas. Hoy me tocó a mí, hice rollitos de pollo con jamón y queso con ensaladas. El gran problema de todos los días: ¿qué comemos? Es lo único que se pasa pensando una ama de casa. Es el dilema de todos los días.

-¿Mike te ayuda?

-Muchísimo. Más cuando está en Buenos Aires porque es su tiempo de descanso. Ayer, por ejemplo, mientras me preparaba -me maquillaba y peinaba- para ir a un evento lo veía saltando en el trampolín del parque con los dos. ¡Estuvieron dos horas! Mike es un niño más.

-¿Hacen planes sin los niños?

-Muy pocos, pero a partir de este último tiempo nos estamos obligando más. Mike y yo somos muy fans de nuestros hijos y nos cuesta despegarnos. Lo cierto es que como pareja necesitamos tener una charla tranquilos sin nadie que nos interrumpa o nos pregunte cincuenta veces por qué.

-¿Logran intimidad?

-Mi marido y yo no tenemos horario de oficina, así que cuando necesitamos intimidad siempre encontramos un hueco. Lo peor de todo es que cuando hacemos salidas de enamorados, obviamente, terminamos charlando sobre los chicos. Los amigos que tenemos nos cargan porque a veces nos invitan a cenas de pareja y caemos los cuatro.

-¿Tenés muchas amigas?

-Sí, acá en Buenos Aires las de toda la vida, las del barrio y del colegio. Con ellas estamos súper comunicadas a pesar de vivir lejos. En Vancouver forjé también muchas amistades.

-¿Y cómo hiciste?

-Se fueron dando sin quererlo. Una vez hice una juntada con argentinas en casa y me hice de dos amigas íntimas. También los hijos me conectan con otros mamás con chicos de la misma edad. Tengo un re lindo grupo de argentinas allá, también me reúno con mis compañeras de tenis. Lo bueno es que me dan tips para hacer cosas en Canadá. Antes no hacía nada de nada, me la pasaba en la casa y con la familia de Mike, pero ahora cambié. Igual, reconozco que como anfitriona soy malísima.

-¿En qué sentido?

-Bueno, yo te recibo en mi casa y te cocino, pero jamás te llevo a recorrer. Mi estilista vino a visitarme a Vancouver y en un momento me dijo: ¡Cocinás riquísimo, pero quiero salir a pasear! Los que vienen se bancan mi rutina familiar, no la cambio por nada.

-¿Y cuándo viene la familia de Mike a Buenos Aires?

-Soy igual de desastre, a lo sumo los llevo al shopping de Nordelta (risas). Con Mike somos muy caseros.

-¿Cómo te sentís con el embarazo?

-Muy bien. Al principio me sentía muy enferma y tenía mucho mal humor, pero pasado ese primer trimestre fue maravilloso.

-¿Cómo se lo tomaron Noah y Elias?

-Súper bien. El tema va a ser cuando vean que alguien viene a competir con el amor de su papá. Se va a a armar lío seguro.

-¿Querías una nena?

-Sí, estoy re contenta. Ya estoy cansada de los golpes, las piñas, Spiderman y llevarlos a hockey. Obviamente los acompaño, me llevo mi mate y me quedo viendo el partido, pero quiero una Barbie. Seguro que después de dos hermanos hombres va a ser re varonera (risas). Que sea lo que sea.

-¿Cómo se enteraron del embarazo?

-Me enteré al final de rodaje de la película y no sospeché nada porque estábamos buscando, pero no muy atentos. En el fin de la fiesta del rodaje me tomé una copa de vino y me empecé a sentir muy mal. Imaginé que algo me había caído pésimo, encima al otro día estaba volviendo a Canadá, perdí un vuelo de lo mal que me sentía, fue un lío. Cuando llegué me faltaba poco para el período, no me vino, me hice un test y llegó la respuesta.

-¿Te gusta estar embarazada?
-Sí, pero los primeros tres meses los sufrí y dije nunca más. Pero ahora que me siento bien empiezo a dudar a ver si quiero ser de vuelta mamá. La mujer no tiene memoria sino en ésto no reincidiríamos. Me encanta ser mamá, mis hijos, soy una gran promotora de la familia.

-¿Nada te saca de las casillas?

-Soy bastante relajada, pero a su vez intensa. Soy presente y quiero saber todo, qué comieron y hasta el calzoncillo que se van a poner sino estoy. Cuando voy manejando en el auto y hacen lío me pongo loca, me doy vuelta estilo increíble Hulk (risas).

-¿Cuáles son tus planes para 2018 aparte de ser mamá en septiembre?

-Volver en noviembre a Argentina por compromisos quiero seguir haciendo cine. En mi próxima película quiero trabajar con Ricardo Darín, ¡aunque sea hacer una mini participación! O con Julio Chávez que fue mi maestro, espero que ellos quieran.

-¿Cómo está Noah de salud?

-Re bien, por suerte. Estoy más relajada con el tema, tengo mucha fe y soy muy perseverante. Siempre estoy mirando al futuro y creyendo fervientemente que todo va a estar bien.

Edición Nro:

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.