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12/05/2018

Stephanie Demner: la influencer del momento

Por Carina Etchegaray | Es modelo y, desde hace más de un año, se convirtió en una personalidad en las redes sociales. Viaja por el mundo invitada por las marcas, hace campañas publicitarias, participa en televisión y no deja de pregonar la vida sana y natural.

Según la Ley de Atracción, los pensamientos de los seres humanos son energía y las cosas suceden en la vida para que aprendamos algo más y nos hagamos fuertes. Y Stephanie Demner, modelo e influencer, tiene varios ejemplos personales que dan cuenta de esto. “Cuando me anoté a los 14 años en una escuela de modelos me dijeron que no me hiciera ilusiones, que no iba a poder trabajar porque no era súper flaca ni demasiado alta”, recuerda hoy esa sentencia que, lejos de amedrentarla, la impulsó a seguir hasta cumplir su meta. Y no se equivocó: logró ser tapa de revistas, viaja por el mundo protagonizando campañas publicitarias, desfiló en el Fashion Week de Nueva York y, como si fuera poco, tiene más de 500 mil seguidores en Instagram y es considerada toda una celebrity.

Hoy, a los 27 años, Stephanie sigue siendo consciente que todo lo que logró es producto de su esfuerzo y, especialmente, de su preparación. “Siempre me gustó estudiar, no ser una improvisada. Además de modelaje, hice teatro y cursé la carrera de Gestión de medios y entretenimientos de la UADE, todo me sirve para mi trabajo y me ayuda a potenciarlo”, explica. Los miles de seguidores que la it girl tiene en Instagram conocen los detalles de su vida, sus continuos viajes por el mundo, sus trabajos y sus romances. Pero lo que no conocen son sus secretos de belleza, que, recién llegada de México y en un descanso de las grabaciones de su participación en la tira diaria Simona, comparte con LUZ .

-No parás nunca, viajás permanentemente. ¿Cómo lo vivís?
-Me encanta viajar y lo disfruto. Ahora no puedo proyectar nada, nunca sé qué voy a hacer mañana, por ejemplo. El trabajo de modelo es así. Ya me acostumbré a armar la valija una hora antes de embarcar, estoy canchera con lo que tengo que llevar y, si me olvido algo, lo compro allá.

-¿No te estresa para nada?
-Desde los 14 años mi vida es una incertidumbre constante (se ríe). A los 16 mi mamá me retiraba de la escuela y en el auto, camino a mi curso de modelo, me pintaba las uñas –porque en el colegio no me dejaban-, me cambiaba la ropa y me ponía los tacos. A pesar de que me decían que nunca iba a trabajar, empecé a hacer tapas de revistas para teenagers, campañas internacionales y no paré más. Ahora sé que tengo que tener el pasaporte siempre listo y estar predispuesta a lo que me depare el destino. Hoy estoy acá y mañana viajo a China.

-Un trabajo con mucha adrenalina…
-Sí, no hay rutinas. Por eso también me parece importante la formación y la perseverancia. Si hubiera hecho caso en su momento y no hacía el curso de modelo, por ejemplo, cuando me convocaron para desfilar en el Fashion Week de Nueva York de un día para el otro no hubiera sabido muy bien qué hacer. Todo lo que hice me fue dando herramientas para sentirme segura y poder mostrar algo más.

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-¿Cómo llegaste a las redes sociales?
-Siempre me gustó subir fotos y compartir mi trabajo. Como al mismo tiempo salía en tapa de las revistas para adolescentes, que es el mismo público, mi Instagram empezó a crecer. Me veían en un lado y empezaban a buscarme en las redes. Desde hace un año y medio, como estaba con una baja en el trabajo como modelo, empecé a darle más importancia y explotó el Instagram. Fue una locura.

-Ahora se convirtió en un trabajo…
-Es un trabajo, me lleva muchísimo tiempo, porque tengo interacción con mis seguidores, leo todo, les contesto. Y lo disfruto un montón, comparto mi día a día, eso es lo que les gusta y creo que es el éxito en las redes: mostrarse como uno es. A veces subo fotos súper producida, impecable, y otras en la que estoy a cara lavada y tiene miles de likes más. Lo que vale es la naturalidad. Le fui buscando la vuelta, porque también soy consciente de que el trabajo de modelo no dura para siempre.

-¿Cómo vivís el hecho de mostrar también cosas no tan lindas de tu vida en las redes, como la separación con tu ex novio?
-Con Grego (NdR.: Gregorio Rosello hace stand up, trabaja en el programa ESPN Redes y tiene un millón de seguidores en Instagram) tuvimos una relación muy linda. Pero era difícil, él también estaba mucho en las redes y fue como muy explosivo. Trabajábamos mucho los dos y dejamos de disfrutar estar juntos. Hicimos el duelo cada uno en su casa pero los seguidores estaban pendientes, y es lógico, así como mostramos las cosas lindas, también nos pasan cosas feas, como a todos los seres humanos. Si cuando uno se pelea, tus amigos se meten y opinan, imagínate en las redes, fue mucha exposición.

-Sos de procesar las situaciones y salir adelante…
-Creo muchísimo en la Ley de Atracción, sobre todo con el tema de las energías: si uno es positivo, atrae lo positivo. También el pensar que las cosas nos pasan para algo, no por algo. Entonces, tenemos que aprender de eso que vivimos, también de lo feo. Es una frase trillada, pero estoy convencida que lo que sucede, conviene.

-¿Algo así te paso cuando empezaste y quisieron hacerte renunciar a tu sueño de ser modelo?
-Exactamente. Por suerte, siempre estuve segura de lo que quería y no me afectó el que me dijeran que tenía algún kilito demás. Las cosas cambiaron y ahora esos estereotipos no son tan fuertes, vale más lo que expresás, mostrar que no somos perfectas. Por eso creo que cualquiera puede ser modelo.

-De todos modos, tuviste que aprender a cuidarte, porque el trabajo de modelo te lo exige, ¿tenés alguna rutina?
-En mi familia todos tienen tendencia a engordar, entonces aprendí a comer saludable y lo disfruto. Fui a una nutricionista que me enseñó que la dieta es un 80 por ciento de alimentarte sano y un 20 por ciento de disfrutar, que puede ser mirar una película y comer un chocolate o tomar un helado. Sufrir y privarse de cosas no tiene sentido. También tomo mucha agua.

-¿Hacés alguna actividad física?
-Tengo un personal trainer con el que hago aparatos y aeróbico en el gimnasio todos los días si estoy en Buenos Aires. También hago Zumba y Strong, una gimnasia súper localizada, con música y coreografía que me encanta. De chica hice gimnasia artística y hace un tiempo atrás probé crossfit. Voy cambiando, así no me aburro.

-¿Cómo te cuidas la piel?
-Por mi trabajo me maquillan desde hace muchos años, pero por suerte tengo buena piel. Igual, soy súper rigurosa y nunca me voy a dormir sin demaquillame y aplicarme un hidratante a la mañana y la noche alguna máscara un poco más pesada. Los fines de semana y en casa, me gusta estar a cara lavada. Voy a una cosmiatra que me hace limpiezas y exfoliaciones, nada invasivo. En verano, por el sol, me salen pecas pero no me pierdo ningún plan al aire libre por eso, no me molesta, me pongo protección 30 y salgo igual. Ah, cuando viajo, lo primero que pongo en la valija es mi neceser con mis cremas.

-¿Y el pelo?
-Es otro tema, porque vivo con el secador y la planchita. Por eso, me hago baños de crema en casa todo el tiempo y también en la peluquería. En una época me lo teñía de colores, lo tuve rosa, verde, rojo, pero se lava muy rápido y es difícil mantenerlo. Hace poco me lo corté para que crezca sano y tengo una colorista que me lo cuida muchísimo.

-Ya conocemos tus secretos para cuidarte por fuera, ¿y por dentro? ¿cómo está el corazón?
-Estoy muy bien, muy tranquila. No soy de la que dicen ´me voy a tomar un tiempo sola, para mí, para estar solo con mis amigas´. Me gusta salir y disfrutar cada momento. Soy muy enamoradiza y siempre estoy atenta a que llegue un chico que me rompa el sistema.

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