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07/06/2018

Ángela Lerena: fútbol, feminismo y su decisión de no ir a Rusia

Por Pablo Steinmann | La periodista deportiva explica sus razones para no ir al Mundial. Además, habla de vestuarios, jugadores y nuevas formas de analizar “el deporte más lindo de todos”.

Es, sin duda, una de las periodistas con más experiencia en fútbol. Cubrió las categorías del Ascenso, la primera A, copas internacionales, finales de todo tipo y color (entre ellas, la última del mundo, entre Argentina y Alemania) y siempre con una marcada preferencia por el campo de juego, ese lugar en el que, afirma, se encuentra con lo más básico y preciado del fútbol. Y también del periodismo. “En el campo de juego todo pasa por contar, por narrar”, dice y enseguida aclara que en absoluto se trata de una tarea menor: “Las notas que hago después del partido suelen ser la tapa del diario del día después”.

Cronista pionera en un mundo de hombres, este Mundial no la encontrará en Rusia, ya que a pesar de tener dos ofertas para cubrir la copa desde allá (de Telemundo y de TNT Sports, cadena para la que trabaja actualmente), Ángela prefirió quedarse junto a su beba recién nacida en Buenos Aires. Desde aquí hace Primera Tapa, el envío diario (lunes a viernes a las 11) con el que desmenuza todas las noticias deportivas y sus variadas implicancias y conducirá además Estadio TNT Mundial, el debate que seguirá a cada encuentro mundialista de la Argentina y que reunirá a figuras, más bien literarias, como Martín Caparrós, Hernán Casciari, Daniel Balmaceda y Eduardo Sacheri. “Estar en un canal como TNT Sports te da la posibilidad de ofrecer otro tipo de contenido. Que tiene que ver más con la historia del deporte, del propio juego, la táctica, el contexto social, la política… Hay mil cosas que se pueden hacer en el periodismo deportivo antes que pelearse en una mesa para ver si tal jugada fue penal o no. Lamentablemente, lo que manda en la actualidad es esto último”, sentencia.

– ¿Te costó mucho bajarte de la cobertura del mundial?
-Sí y no. Por un lado me da tristeza, claro, pero por el otro lado, pienso en mi hija de cuatro meses y enseguida se me pasa. La alegría que me da mi beba no se compara con nada. Y la verdad es que ya estoy acostumbrada a hacer concesiones en pos de la familia. El otro día alguien me criticó en redes por una supuesta contradicción entre el feminismo y esa decisión y la verdad es que no la hay. Ser feminista es luchar justamente por eso: por poder elegir. Yo elegí tener tres hijos y también elegí ser una mamá presente. Ya llegarán otros mundiales. Soy como Icardi, me quedo esperando el próximo… (sonríe).

-¿Te ilusiona esta Selección?
-Sí, tiene mil problemas, pero igual me ilusiona. Viene de un proceso corto y complejo pero nada impide que en estos días surja el equipo, su mística y gloria. Los mundiales son siempre un evento aparte, un hecho en sí mismo.

-Cuando empezaste a trabajar, a mediados de los ‘90, todavía se usaba atender a la prensa en los vestuarios. ¿Qué fue lo más difícil que debiste enfrentar a lo largo de todos estos años por el hecho de ser mujer?
-Respecto a los vestuarios siempre mantuve una misma posición: avisaba y entraba. Es que si no lo hacía, les daba la razón a los que decían que una mujer no puede estar ahí. Por otro lado, debo decir que si bien en muchísimas situaciones fui la única mujer presente (en viajes, coberturas, festejos, lo que sea), nunca sufrí acosos violentos de parte de nadie. Sí insinuaciones, pero siempre logré mantener una distancia respetuosa con los hombres, incluso con los futbolistas.

«Estoy acostumbrada a hacer concesiones en pos de la familia. Ya llegarán otros mundiales. Soy como Icardi, me quedo esperando el próximo».

-Que no deben ser sencillos de tratar…
-En general, el futbolista está acostumbrado a que la mujer le diga que sí. Lo malo de eso es que cuando le decís que no, más atractiva te volvés, más objeto de deseo sos. Eso al principio fue un problema. Tuve que trabajar bastante las formas para lograr lazos profesionales y mantener una distancia respetuosa. Creo que lo logré. Más que el acoso, te diría que lo que más me molestó siempre fue la subestimación.

-Hace unas semanas muchos hombres se quejaban en redes de por qué no ibas vos al mundial y sí Nati Jota…
-Sí, una falacia total ya que Nati irá a hacer otro tipo de trabajo, que es el color del Mundial y le sale muy bien. No es equiparable para nada. Que nos quieran hacer competir a las mujeres es parte de esa misma cultura machista que todo el tiempo quiere rebajarte o ningunearte. Las mujeres dentro de este mundo no sólo no competimos entre nosotras sino que nos ayudamos mucho. Sabemos que estamos en un contexto adverso. Muchas veces me encontré con el comentario de “¿cómo le van a dar a una mina este laburo?” En el fondo, yo lo termino viendo como un elogio, si la única crítica que pueden hacernos pasa por el género, es que todo lo demás lo estamos haciendo bien.<

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