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25/06/2018

Personajes

Julieta Nair Calvo: “Siempre son incómodas las escenas de sexo»

Por Pablo Steinmann | Trabaja desde muy chica y en este último tiempo su nombre comenzó a brillar con luz propia. Hoy brilla en El Lobista y pronto en Aladín. Acá habla de los cambios en su vida, del amor y de la química con Rodrigo de la Serna.

Sus caminos parecen como destinados a conectarse entre sí. Su primer trabajo llegó en 1998, a través de un bolo en la película Un argentino en Nueva York (ciudad que acaba de conocer por primera vez este año). Tras ese pequeño papel, se anotó en el reality televisivo Generación Pop, donde la eligieron para ser parte de la banda musical, Scratch, y hacer giras en todo el país. A partir de ahí, y luego de formarse en la escuela de Julio Bocca, comenzó a trabajar sin parar en comedias musicales, tanto del under como de la concurrida avenida Corrientes. Pasó por Despertar de Primavera, La novicia rebelde y Mamma Mia, tras lo cual le llegó la oportunidad de convertirse en “Juli”, la compañera de “Juanchi” en el popular envío de Disney con el que mantuvo exclusividad durante tres años, haciendo el programa y también shows teatrales. Y de repente, apareció Jazmín, la cocinera de Las Estrellas que se enamoraba perdidamente de Florencia (Violeta Urtizberea), su posterior novia en esa exitosa ficción. Este año redobló apuesta. No sólo sorprende como Lourdes, la novia de Matías Franco (Rodrigo de la Serna) en El lobista (todos los jueves a las 23 por El Trece y disponible completa en la plataforma Flow de Cablevisión) sino que también lo hará como la princesa de Aladín, que no se llama Jazmín por una cuestión de derechos pero que es la misma que acompaña siempre al pequeño héroe de Las mil y una noches, interpretado en este caso por Fernando Dente. A punto de estrenar ese esperado musical (el viernes 6 de julio, en el Gran Rex) la actriz hizo un alto en su agenda para hablar de todo.

-¿Cómo te cae volver a trabajar para un público infantil?
-La verdad es que no lo pensé así en ningún momento, tampoco lo hice el año pasado cuando sucedió lo de Las estrellas. No es que ahí me dije: “ahora sí, voy a focalizarme en un público adulto”. Siempre me tomo el trabajo con una gran responsabilidad, muy enfocada en lo mío y no tanto en a quién va dirigido. Aladín es un espectáculo para toda la familia, es cierto, y seguramente van a venir muchos chicos, quizá no tan chicos como en mi etapa Disney. Pero lo que más me gusta y entusiasma del proyecto es que tiene mucho humor y un despliegue increíble. Estoy muy ilusionada con el estreno.

-¿Te vamos a ver volando?
-Bueno, por supuesto que la alfombra mágica será parte de la puesta pero no quiero adelantar demasiado más… (sonríe). Sí puedo contar que soy la princesa del cuento y una bien actual, que no se queda en su castillo esperando al príncipe que la salve. Es guerrera, audaz y está en contra de muchas injusticias que la rodean.

-Más a tono con esta época…

-Así es.

-¿Y más a tono con vos también?

-Mmm. Yo no sé si soy tan audaz. Quizá antes era más corajuda, ahora tomo más recaudos para todo…

-¿Por qué?

-Supongo que porque fui creciendo. Después de Las estrellas, por ejemplo, donde gracias a Dios pudo verme mucha gente, me empezaron a llegar más propuestas de trabajo. Soy una agradecida total por eso. Y a su vez quiero ser muy cuidadosa. A la hora de elegir me fijo mucho en que cada trabajo me represente un verdadero desafío. No quiero repetirme, ni aburrir. Aladín me entusiasmaba desde muchos ángulos. Por el hecho de volver musical, por la mega producción, por la responsabilidad de mi papel… Casi enseguida dije que sí.

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-¿La fama te cambió en algo?

-No. Me reconocen un poco más en la calle, pero siempre con la mejor onda. No sé cómo será con otras colegas, pero en mi caso la gente me trata con muchísimo cariño y respeto. Incluso en las redes sociales, donde suele haber mucho “hater” o cultor del bullying cibernético, a mí siempre me han tratado bien.

-Sí te vio responder hace poco a varios usuarios que decían que te habías operado la nariz…

-Sí, me hinché y decidí tratarlo con humor. Es que muy simple, alcanza con que muestre una foto de mis once años para que vean que tengo la misma nariz de siempre. De todas formas, si me la hubiese operado, ¿cuál sería el problema? Pero no, no fue el caso y no creo que lo haga jamás. Me parece que la cara de un actor es su mayor herramienta de trabajo, no habría que tocarla demasiado… Hay gente que se inyecta tanta cosa en la cara y en la frente que ya no le queda ni un poquito de expresividad. Espero nunca caer en eso.

-De todas formas es una linda nariz la tuya…

-Gracias. Igual tengo cero complejos con mi nariz. En un punto es un halago que piensen que me la operé, ¿o no? (ríe).

-¿Cambió mucho tu vida sentimental a partir de hacerte más conocida?

-Mmm, no. Siempre fui muy reservada con eso y hoy más que nunca trato de mantener mi vida privada… como privada. Sobre todo con la súper exposición que tenemos hoy a través de las redes sociales. Ya mostramos bastante de nuestras vidas ¡y de forma casi diaria! Por eso ciertas cosas me gusta reservármelas para mí. Si no es como que quedo vacía.

-¿Podés contar tu estado civil al menos? Muchos medios te relacionaron a un empresario marplatense (Octavio Villella)…

-Estoy muy bien. Es lo máximo que te puedo decir… (ríe).

-¿Conviven?

-(Ríe) Nooo, para eso falta. Y con eso ya te dije mucho.

-¿Sos de salir bastante o te tira más el plan casero?
-Ahora estoy bastante hogareña. Vivo sola desde los 18 pero me estoy dando cuenta que recién ahora elijo pasar mucho tiempo en casa.

«Tengo cero complejos con mi nariz. En un punto es un halago que piensen que me la operé, ¿o no?»


-Actualmente también estás en televisión, como pareja del personaje de Rodrigo de la Serna en El lobista. ¿Cómo es trabajar con él?

-Para mí Rodrigo, y esto lo pienso desde siempre, es realmente uno de los mejores actores del país. Al comienzo, no te lo voy a negar, me pesaba un poco la idea de estar junto a él. Aparecía esa pregunta de “estaré a la altura…”. Pero apenas lo conocí un poquito eso se disipó enseguida. Rodri es lo máximo, muy amoroso y generoso. Siempre me escuchó y respetó mi opinión. Tiene la famosa humildad de los grandes.

-Se los verá en escenas jugadas en más de un capítulo… ¿Vivís de manera natural esos momentos?

-Siempre son incómodas las escenas de sexo. Quizá de afuera se ve distinto, de hecho nunca falta la que te dice: “que suerte, te vas a besar con tal” pero lo cierto es que es un trabajo, y cuando lo grabás la incomodidad, está ahí latente. Estás rodeada de gente de sonido, luz, el director… Una vez que se editó quizá se ve cachondo pero en el momento no hay manera de que la cosa vaya por ahí. Siempre es un momento tenso. Igual con Rodri al final le pudimos poner algo de humor a esos momentos. Por suerte.

-En un momento en el que se habla tanto de los “excesos” de los actores en este tipo de escenas, ¿cambia en algo la manera de hacerlas?

-No. A mí nunca me sucedió nada por el estilo y este tampoco fue el caso. Rodrigo fue súper respetuoso siempre.

-Con este gran presente, protagonista en teatro y televisión, ¿te aparece la idea de “llegué”?

-No, para nada. Jamás podría pensar eso porque sino, ¿qué me queda hacia adelante? ¿La nada misma? Sí soy profundamente agradecida de estas oportunidades y todo el tiempo voy a seguir intentado que aparezcan más. Sigo estudiando y presentándome en castings como el primer día. No pienso sacar jamás los pies de la tierra.

-Este año cumplirás 30, ¿te da nostalgia abandonar los 20?

-No. Cuando era chiquita pensaba que a los 23, sí, a los 23 era muy metódica en eso, iba a estar casada y con hijos. Por supuesto que antes de llegar a esa edad me fui dando cuenta de que no sería así. Y hoy pienso que estoy re lejos de esa idea. De los 23, claro, y también de ser madre. Ojo, no es que no me gustaría pero siento que falta mucho para eso. Ahora estoy concentradísima en mi trabajo.

-¿Tus amigas quiénes son?

-Tengo varias amigas, varias “estrellas” de diversas galaxias… Algunas conocidas, como Melina Lezcano, con la cual somos íntimas desde que tenemos 13, y otras tanto. En la escuela de Comedia Musical de Julio Bocca me hice de varias amigas íntimas. De hecho hace unos meses montamos juntas una obra en el Microteatro. Fue genial, por suerte pudimos congeniar todas. Hay algo del under que me encanta. Y que no quiero perder.

-Vi en tu Instagram varias imágenes de viajes recientes. ¿Te gusta viajar?

-Muchísimo. Me encanta la etapa previa además: planificar cada viaje en detalle. Hace poco estuve en Nueva York y México y ahí llegué a la conclusión de que también me encantaría trabajar afuera. En Italia, en España, donde sea. Pero siempre con la idea de volver. A Buenos Aires no la cambio por ninguna otra ciudad del mundo.-

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