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23/09/2018

Flor Bertotti: “Me siento muy cómoda en el lugar de outsider”

Por Pablo Steinmann | Estrena rol de directora (de la megapuesta teatral Simona en vivo), y aprovechamos para charlar con ella sobre su pasión por «hacer cosas para los demás». También habla de Cris Morena, de su familia ensamblada y de por qué no duda en calificarse como “una mamá culposa”.

Su sonrisa llega primero. Siempre. Aun cuando habla de temas espinosos, Florencia no pierde nunca ese gesto tan suyo y espontáneo que patentó en casi cada proyecto que encabezó. Tanto enfrente como detrás de cámaras, algo que es cada vez más recurrente en su carrera. Ahora, por caso, está a cargo de la dirección de Simona en vivo, el espectáculo musical con el que las estrellas juveniles de la reciente tira de El Trece desembarcarán en el Luna Park (29 y 30 de septiembre y 2 de octubre) y en varias plazas del interior del país. Atenta a cada detalle de esa mega puesta, Flor confiesa que se siente más “madre” que jefa de compañía. “Siento una gran responsabilidad por cada uno de los chicos del elenco. Me interesa mucho saber cómo están, cómo se sienten, cómo se ven… Mi objetivo principal ese: estar a su completo servicio para que puedan lucirse y brillar. ¡Y para que lo puedan disfrutar! Hacer un show en el Luna Park no es poca cosa. Es una adrenalina tremenda y hay que aprender a disfrutarlo”.

-¿Vos disfrutabas de esas experiencias?
-Sí, muchísimo.

-Cualquiera hubiera imaginado que no. Y que por eso te pusiste, como vos misma decís, al servicio de los otros, escribiendo, componiendo, dirigiendo…
-Mirá, siempre fui muy consciente de mi pulso interno, de lo que me hace disfrutar y lo que no. Y eso es tan personal y único… Muchas veces me preguntan, “¿por qué no actuás más seguido?”. Incluso algunos creen que es una estrategia. Pero nada que ver. A mí la vida me fue llevando y en ese proceso fui descubriendo cosas nuevas, cambiando prioridades, gustos… Desde que fui mamá (N de la R: de Romeo, junto a su ex, Guido Kaczka) la idea de grabar una tira diaria empezó a tomar otro color. La verdad es que no quiero perderme el día a día de mi hijo, y todo lo que empecé a hacer desde entonces, la producción, la composición de canciones, incluso mi marca de ropa para chicos (Pancha), me lo permite.

-Sos una especie de “nueva Cris Morena”, ¿lo sentís así?
-Mmm, me cuesta muchísimo verlo así. Entiendo las similitudes de origen que hay, ambas somos actrices que se volcaron en un momento al universo juvenil pero creo que ahí queda. Cris me parece una mujer híper talentosa y tuve la enorme suerte de trabajar con ella. Fueron dos años súper intensos y hermosos en los que descubrí un mundo nuevo, un lugar de encuentro con la gente que jamás hubiese imaginado. El teatro, las canciones, todo ese mundo me atrapó. Y sí, lo conocí gracias a ella. Pero hoy siento que hacemos cosas muy diferentes, de hecho no todo lo que hago es para el mundo infantil, como la cortina de Guapas, por ejemplo, pero sí compartimos ese punto de origen. Y también siento una fuerte conexión con ella en la forma de entender el universo de los chicos, de no subestimarlo y de no encararlo como un simple negocio.

«Quizá a Cris le hubiera gustado que no me cortara sola pero me parece que es lo más natural del mundo, yo jamás podría criticar a nadie por algo así»

-¿Creés que esa conexión pudo haber mutado en rivalidad con el tiempo?
-No, me parece que eso es algo externo, te juro… (hace una pausa). Tampoco soy ingenua, sé que la idea de rivalidad surgió a partir de Niní y de lo que, imagino, fue una desilusión para ella: que yo hiciera un proyecto propio para chicos. Esto es lo que intuyo porque la verdad es que nunca lo hablamos personalmente.

-¿No es raro que no hayan podido sentarse a charlar sobre este tema?
-Yo creo que nuestra relación laboral terminó de la mejor manera y luego la vida siguió. Yo me casé, tuve mi hijo, empecé a buscar otras cosas, mi propio camino y así llegó Niní

-En una reciente entrevista con TN, Cris calificó como una “equivocación” ese programa, una copia de lo que ya habías hecho con ella…
-Sí, pero ahí no coincido para nada con su punto de vista. Cada uno tiene derecho a hacer su camino. Yo creo que Floricienta fue una sinergia de nuestras dos energías, no fue de ella ni tampoco mío, fue de las dos. Y yo después me fui a hacer mi propia experiencia por otro lado. Y Cris lo mismo. Quizá a ella le hubiera gustado que no me cortara sola pero me parece que es lo más natural del mundo, yo jamás podría criticar a nadie por algo así. De hecho, criticarlo es hasta contradictorio con lo que ella propuso siempre desde sus programas: “soñá, hacé la tuya, seguí tus sueños”. En ese sentido yo siempre fui muy genuina, nunca intenté de agradar o conformar a nadie. Fui por lo que me pulsaba internamente. Siempre. Aún cuando muchos me criticaron por eso.

-¿Hablás también por el caso Guapas? Muchos te criticaron por bajarte de ahí en pleno apogeo del programa…
¡Es que no me bajé! Guapas se estiró. La verdad es que cada vez que arranco un proyecto lo siento a mi hijo y le cuento de qué se trata y cuánto me va a demandar. Y así lo había hecho en ese caso. Cada decisión laboral que tomo lo hago en función de mi vida familiar. Si siento que mi casa resiste el peso y la duración del proyecto, acepto. Si no, no.

-¿Sos una madre culposa?
-Sí, muy. Pero el hecho de que lo pueda admitir así refleja lo mucho que lo vengo trabajando. Lo admito, soy re culposa, pero también busco equilibrarlo, sino no podría estar haciendo este proyecto con Simona, por ejemplo, que me consume casi por completo.

-¿Y el ego del artista no te hace querer volver a ser protagonista?
-No. Si bien jamás te diría que no tengo ego -todos los que nos dedicamos a esto queremos agradar y que nos aplaudan- siento que podría ser mucho peor de lo que es. Disfruto de la actuación y de tener las luces encima pero también descubrí que me siento muy cómoda en un lugar más apartado y outsider.

-¿Tu círculo íntimo también es así de “outsider” y alejado del medio?
-Más o menos. Para empezar, Fede es actor. Aunque es cierto que tiene mi misma enfermedad y que no se copa tanto con las luces de la fama. Es más, esperamos cada viernes para huir al campo. En cuanto a mis amigas, sí se cumple un poco más lo que decís: mi círculo más cercano no pertenece al medio. De todos modos, también es cierto que tengo muy buena relación con muchas actrices. Quizá al principio ponía una barrera muy clara, esto es trabajo y ya, pero con el tiempo me fui relajando y abriendo mucho más. Y así me encontré con grandes amistades. Como la de Paula Morales, por ejemplo, un ser único y súper luminoso.

-¿Podrías realmente irte a vivir al campo con Fede como han dicho ambos más de una vez?
-No, al principio tuvimos esa fantasía a full. Pero después bajamos un cambio, dimensionamos un poco nuestras vidas, la de los chicos (N de la R: Romeo de parte de ella y Vito y Ciro de parte de él) y nos dimos cuenta de que no estamos para eso. El proyecto del campo lo imagino más para una segunda etapa de nuestras vidas, recibiendo ahí a nuestros hijos y nietos.

«Siento que agrandar la familia es un proyecto cada vez más cercano. Casi inminente te diría»

-Ya que lo nombrás, sorprende un poco que no hayan tenido hijos, siendo ambos tan familieros…
-Es que con Fede nos conocimos ya siendo padres ambos y prácticamente no tuvimos etapa de noviazgo, viajes juntos… Nos conocimos y al toque fuimos una familia ensamblada con una banda de pibes correteando por ahí. Nuestros momentos de soledad sólo aparecían cuando los chicos se iban con sus otros padres y ahí aprovechábamos a full para nuestra vida de pareja. Con Fede morimos por tener más hijos, pero enseguida nos aparece la duda de si eso no cortará esa vida de salidas y viajes cada tanto y dormidas hasta cualquier hora… Dicho todo esto, creo que a ambos se nos está agotando el tiempo de espera, de hecho hace poquito nos miramos y dijimos: “che, los dos más grandes ya tienen 10 años y el más chico, 7…” (ríe). Fuera de broma, siento que agrandar la familia es un proyecto cada vez más cercano. Casi inminente te diría.

-El casamiento, ya lo has dicho varias veces, no lo es. ¿Matizaste después de una separación el ideal de “para toda la vida”?
-No, tengo un tatuaje en la espalda que dice Federico, él se tatutó Florencia en el pecho… Sigo creyendo a full en la eternidad del amor. Soy consciente de que una relación puede o no ser para toda la vida, pero que creo está bueno creer que sí, y trabajar para ello.

-Recién hablabas de los viajes, ¿suelen viajar mucho solos?
-Sí, bastante. Nuestro último viaje fue a Berlín, una ciudad de la que enamoré completamente. La verdad es que con Fede congeniamos mucho en los viajes. A los dos nos gusta disfrutar con tiempo, tranquilos, nada de levantarnos a las 6 de la mañana para recorrer todo lo que supuestamente hay que recorrer. Siempre nos retan por eso. “¿Cómo que están en Nueva York y todavía no salieron del hotel?” (ríe)… En cuanto a los destinos también fuimos congeniando. Él es todo bicho y aire libre, cosa que también me gusta, pero cada tanto necesito una ciudad. Me encanta el rusticismo de la naturaleza pero también el confort y las luces del primer mundo. Soy puro equilibrio.

-¿Te seduce su costado más “salvaje”, ese que muestra en los programas de televisión?
-Sí, me encanta, pero también le pongo ciertos límites. Hace poco estuvo haciendo un curso de manejo de reptiles y me cayó a casa con una lata llena de serpientes. Ahí le dije: “todo bárbaro, pero encerralas bien. No quiero despertarme con una víbora en la cama”. Y también le insisto que se cuide. Siempre le digo: “Te llegás a morir como el cazador de cocodrilos, te revivo y te mato de nuevo”. Él se ríe, pero la verdad es que no sé si me hace mucho caso… –

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