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30/09/2018

Nuestro Hombre

Gastón Soffritti: “Me preocupa la falta de códigos de los millennials»

Por Pablo Steinmann | Aunque se siente parte de esa generación, prefiere desmarcarse de ella en varios aspectos, muchos de los cuales tratará en su vuelta a la producción con Millennials, la primera ficción de Net TV. Sobre ello, Simona y su novizago con Stefanía Roitman habla en esta nota.

“Lo más difícil de bancar es el éxito, mucho más que el fracaso. Hay que aprender a absorber el impacto de cuando todos te felicitan y palmean…”, dirá en un momento de la charla Gastón que, precisamente, arrancó en este medio a pura palmada. Rincón de luz, Floricienta, Patito feo y Graduados fueron algunos de sus primeros trabajos, siempre en sintonía con el público. Así llegó su etapa más “adulta”, con proyectos propios (la obra Sexo con extraños, con Guillermina Valdés como partenaire) y diversos coqueteos con la música y el baile (esto último, en Showmatch). Inquieto, reflexivo y muy seductor, el muchacho que en diciembre festejará sus 27 decidió volver este año al segmento que tanto conoce con Simona, la tira juvenil de El Trece que acaba de desembarcar con todo en el Luna Park (hoy a las 15 y 18.30 y el martes a las 19.30 serán las últimas funciones antes de la gira por el interior del país). Pero eso no es todo, ya que a fines de octubre estrenará Millennials, la primera ficción original de Net TV que lo tiene como gran productor. “Una vez que te pasás del otro lado de la cámara, no lo querés abandonar nunca más”, asegura.

-Respecto a tu trabajo frente a cámara, este año vimos como tu personaje en Simona daba un cierto paso al costado frente a otras historias de la tira, en particular la de Agustín Casanova y Ángela Torres. ¿Te costó aceptar esa realidad?
-No. Está buenísimo que haya sucedido algo así, siento que me hizo crecer mucho a nivel personal. Y fuera de eso, creo que es otro síntoma de estos tiempos y que está bueno incorporar para siempre: ya no alcanza con dos o tres protagonistas, necesitás un equipo completo de historias, intérpretes. Que van a tener diferentes pesos, sí, pero que todos importan y mucho a la hora de armar una buena tira. La tele en la que yo me crié ya no existe más. Hay que esforzarse y mucho para atraer la atención del espectador actual, que es mucho más disperso que el de antes.

-¿Te identificás con ese nuevo tipo de público?
-Sí, a full. Todo el tiempo estoy viendo contenidos nuevos y salto de uno a otro sin parar. Veo una película, la paro, me cuelgo con el celular, la pongo de nuevo al rato. Soy muy disperso también. Ayer tardé 3 horas en ver un capítulo de Ozark. Quizá debería dejar el celular más de lado…

-¿Lo hacés?
-Muy poco, la verdad. Cuando más intento ponerlo en práctica es cuando salgo a comer con mi novia (N de la R: la actriz Stefanía Roitman), que también es una enferma del celular. Es algo muy de esta generación. Y en la que viene es aún peor.

-Hablando de eso, en breve estrenás Millennials, primera ficción original del nuevo canal de aire Net TV…
-Sí. Hacía rato que tenía ganas de hablar de esta generación, de la que claramente me siento parte, pero que no dejo de mirar con ojos críticos. En primer lugar me preocupa la falta de códigos que suele haber entre los millennials.

-¿A qué te referís?
-A que si bien son más libres, por momento siento que les falta una cierta cuota de compromiso. En las relaciones, por ejemplo, hay una cosa de “está todo bien con todos” que en algún punto me parece cualquiera. Para mí, la novia o ex novia de un amigo o compañero de trabajo es alguien intocable, pero en los chicos menos de 20 ese ideal no existe. Lo veo incluso en este elenco de chicos de Simona, están todos con todos y sin problemas… (risas)

-¿No es algo propio de esa etapa de la juventud?
-Mmm, yo ese código lo tuve siempre. A los 18, además, me enamoraba perdidamente, me parecía que el mundo se terminaba con tal chica. Ahora no es tan así. Y en un punto está bueno, pero en otro no tanto. Como todo en la vida, tiene su Ying y Yang….

-¿Seguís con tus terapias alternativas? La última que habías comentado era la decodificación.
-Mis amigos me cargan, me dicen que soy el hombre de las mil terapias. Sí, sigo con la decodificación y ahora sume también a un psicólogo tradicional. Voy laburando la cabeza desde todos los costados posibles. Y no me caso con ninguna terapia o filosofía, de todas saco un poquito.

– Con tu novia Stefanía, ¿ya conviven?
-No. Ya conviví una vez, con mi ex (N de la R: Agustina Cordova) y la verdad es que no me resulta sencillo compartir el día a día con alguien. Yo siento que hay algo que está cambiando en relación a este tema, las relaciones se abrieron más, ya no es todo de una única forma. Ya no hay tanto mandato, tanto deber ser. Volviendo a lo que hablábamos antes, eso sí que me parece un gran avance.

-¿Incluye al matrimonio esa revisión de mandatos?
-Sí. La verdad, yo no creo que exista el amor para toda la vida. Si el día de mañana me caso va a ser más por una cuestión legal y de derechos que por otra cosa. No hay nada, mucho menos un papel, que te puede atar a otra persona.

-¿Tu novia coincide con esa mirada?
-Siempre hablamos de estos temas y si bien los dos venimos de familias más bien tradicionales, creemos que nuestra relación pasa sólo por el presente. Como el rating, es minuto a minuto. Y la verdad es que por ahora las mediciones son perfectas…

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