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La detección temprana es clave
13/11/2019

Salud

Enfermedad venosa, todo lo que tenés que saber

Las “arañitas” o las várices pueden ser los síntomas visibles de esta enfermedad cuyos síntomas afectan a alrededor de 8 de cada 10 personas. Campaña gratuita en la Fundación Favaloro del 19 al 22 de noviembre.

Las arañitas y las várices son mucho más que un problema estético. Pueden ser el primer indicio visible de la enfermedad venosa crónica, una afección que de no ser tratada puede causar graves consecuencias en la salud y afectar severamente la calidad de vida. Como el diagnóstico oportuno y el cumplimiento del tratamiento son claves para evitar progresión de la enfermedad, la Fundación Favaloro llevará adelante una jornada de detección gratuita y abierta a la comunidad entre el 19 y 22 de noviembre (ver detalles más abajo).

En esta enfermedad se ven afectadas las venas, las cuales tienen problemas para retornar la sangre de los miembros inferiores al corazón. Normalmente, las venas son las encargadas de retornar la sangre hacia el corazón, en los miembros inferiores este trabajo es realizado en contra de la gravedad y organismo se vale de las válvulas que tienen las venas y del bombeo que ejercen los músculos para hacer dicho trabajo. En los casos de enfermedad venosa crónica, las paredes de las venas se debilitan y las válvulas se dañan. Esto provoca que las venas permanezcan llenas de sangre, especialmente al estar de pie.

La patología venosa afecta frecuentemente los miembros inferiores, pero puede tener su origen en algunos casos en la pelvis y el abdomen. Esto se conoce como varicocele y puede causar síndrome de congestión pélvica”, explica el doctor Oscar Gural Romero (MN 90859), Jefe del servicio de flebolinfología de la Fundación Favaloro.

Se estima que el 80% de la población mundial padece de algún signo de la enfermedad venosa: arañitas vasculares, dolores o várices”, señala Gural Romero. “Por lo general, suele a afectar a las mujeres ya que en la mujer hay variables que no están en el hombre: variaciones hormonales, embarazos e ingesta de anticonceptivos. Todos estos factores hacen que aumente la incidencia que, actualmente, es de casi el 70% en mujeres y 30% en hombres”.

La expresión de la enfermedad venosa crónica no es igual en todos los pacientes”, asegura el doctor Marcelo Dándolo (MN 80081), cirujano vascular, miembro del servicio de flebolinfología de la Fundación Favaloro. “Puede causar diferentes signos y síntomas. Hay un estadio en donde no hay signos visibles y el paciente puede presentar síntomas como pesadez de piernas o cansancio, predominantemente vespertino. En otros, la enfermedad inicia con  las arañitas, y en algunos casos progresa a las várices, alteraciones cutáneas y úlceras.  Algunos pacientes pueden presentar hormigueo, prurito y edema vespertino, es decir, hinchazón a la última hora de la tarde, fundamentalmente, en los tobillos”.

Esta enfermedad tiene diversos tratamientos y su elección depende de múltiples factores, entre ellos, la propia anatomía del paciente y el estadio de la enfermedad. La recomendación es iniciar el tratamiento lo antes posible y no discontinuarlo para así evitar su progresión: estudios estiman que sólo 1 de cada 4 personas consulta a un médico y es tratada.

El tratamiento de la enfermedad venosa crónica va a depender del grado de afectación, de la zona afectada y del grado de complejidad pero se trata en todos los niveles. En todos los estadios de la enfermedad se indican el tratamiento médico, venotónico y medias elásticas de compresión. Para el abordaje específico de várices de miembros inferiores se utiliza el tratamiento esclerosante convencional, esclerosante con espuma bajo guía ecográfica-Vein Viewer, ablación con láser- radiofecuencia endovascular y la cirugía convencional. En caso de evidenciarse una conexión u origen pélvico -como el varicocele- es posible resolver con técnicas endovasculares como embolización con espuma y coils. Indicamos técnicas de implante de stent a los cuadros compresivos venosos o post-trombóticos con excelentes resultados”, concluye el especialista.

Semana de detección gratuita

Entre el martes 19 y viernes 22 de noviembre se llevará adelante la Semana de detección de la Enfermedad Venosa, una campaña de diagnóstico gratuita, abierta a la comunidad. Durante esos días, los profesionales del servicio de flebolinfología brindarán información y responderán  consultas a todos aquellos se acerquen al edificio central de la Fundación (Av. Belgrano 1746). Paralelamente, podrán acceder consultar en los centros Solís (Solís 461, CABA), Arenales (Arenales 1658) y Centro de Vida (Luis Sáenz Peña 265), bajo demanda espontánea y en el horario de atención de consultorios, donde tendrán una consulta sin cargo. Para más información, comunicarse al 4378-1200/1300/1400.

Del 19 al 22 de noviembre, en la Fundación Favaloro, campaña gratuita: Semana de la Enfermedad Venosa

Úlceras venosas

En esta parte de la nota pasarems a hablar de las úlceras venosas, el estadio avanzado de la enfermedad varicosa, que pueden producirse de forma espontánea, posterior a un traumatismo o infección de piel y por lo general aparecen en el tercio inferior de las piernas, generalmente en la cara interna. Como consecuencia puede haber solo pérdida de piel pero en algunos casos se llega a observar hasta tejidos más profundos como músculos, ligamentos o hueso. Las úlceras venosas afectan principalmente a las mujeres con respecto a los hombres (3 a 1), y  según se conoció recientemente en Estados Unidos son la quinta causa de discapacidad laboral, afligiendo al 1% de la población mundial y el 5,6% de la población mayor de 65 años.

Por tal motivo, la Asociación Argentina de Cirugía acerca algunas aclaraciones con el objetivo de conocer un poco más sobre el tema y así ayudar a derribar algunos mitos.  Todo con el asesoramiento del Dr. Daniel Fernández, Médico Cirujano, Especialista en Flebolinfología. Miembro de la Asociación Argentina de Cirugía (MN 87536). Jefe del Sector de Flebología, Linfología y Cura Avanzada de Heridas del Hospital Británico de Buenos Aires.

¿Todos los pacientes con enfermedad venosa pueden llegar a tener úlceras? No. Aunque las ulceras venosas son un estadio avanzado de la enfermedad varicosa, no todos los pacientes que posean varices van a tenerlas. Esto dependerá principalmente de los cuidados y controles que realice el paciente sobre sus piernas.

¿Cuáles son las medidas de cuidado que se pueden tomar para evitarlas? La prevención es el principal determinante para evitarlas. Si un paciente posee varices aisladas pero en un estadio poco avanzado es recomendable que aún así realice la consulta con el especialista, ya que las mismas pueden ser tratadas de manera ambulatoria y con menores riesgos, evitando así la progresión de la enfermedad. Pero si el paciente ya presenta hinchazón de piernas, cambio de coloración en la piel y/o varices voluminosas, es recomendable que además de evaluar un tratamiento quirúrgico sobre la insuficiencia venosa para disminuir los riesgo de ulcera, también sea necesario un cambio de conducta o hábitos. Algunas opciones recomendables pueden ser: la elastocompresión (uso de medias terapéuticas o vendaje elástico), realizar ejercicios aeróbicos (caminatas, bicicleta, natación), mantenerse en peso saludable, hidratación de la piel y en casos necesarios, el especialista evaluará la necesidad de complementar todas estas medidas con una medicación circulatoria.

¿Qué hacer en caso de que ya se tenga una úlcera venosa? Primero hay que evaluar si esa ulcera es de causa venosa o no; ya que no solo la insuficiencia venosa puede producir úlceras, también existen otras patologías, como las arteriales, infecciosas, traumáticas, reumatologías, por diabetes, entre otras. Para esto siempre es necesario acudir a un especialista, el cual determinara el origen de la misma y el tratamiento a seguir. Es importante aclarar que aunque la úlcera sea de causa venosa, no existe un único tratamiento para la misma, ya que este dependerá de cómo se presenta clínicamente. Es decir, si el fondo es limpio o presenta restos de tejidos necróticos; es húmeda o seca; está asociada a síntomas generales como dolor, aumento de temperatura local o fiebre. Por lo tanto es el especialista quien tomará medidas locales y generales para definir cada caso. En la mayoría de los casos se suele recomendar curaciones oclusivas, asociadas a un vendaje elástico, dejando en última instancia el tratamiento quirúrgico para casos especiales.

¿Que tipo de tratamientos existen?

Úlcera superficial limpia: Apósitos antiadherentes.

Úlcera con fibrina: Debridantes químicos (Cremas especiales para eliminar el tejido muerto de la úlcera con el objetivo de que cierre y crezca nuevamente).

Úlcera con necrosis extensa o fija: Debridación quirúrgica (toilette) con o sin injerto/colgajo cutáneo.

Úlcera con gran pérdida de sustancia: Sistema de presión negativa (VAC es un aparato que se coloca sobre la herida. Estimula el crecimiento de la célula para que la misma cierre), injertos o colgajos cutáneos.

Úlcera exudativas: Apósitos de alta absorción (Alginato de calcio, Espumas).

Úlcera colonizadas: Apósitos antisépticos (gasas Yodoformada, Propóleo o con Plata).

Úlcera infectadas: Tratamientos locales (anteriores) más ATB (antibióticos endovenosos u orales) sistémicos.

Una vez empezado el tratamiento, ¿el tiempo de curación es corto? No. Obviamente el tiempo de cierre de una úlcera dependerá del tiempo de evolución de la misma y las características clínicas con las que se presentó en la consulta, pero normalmente las ulceras venosas son una patología crónica, por lo que los tiempos de curación son generalmente largos y los resultados están relacionados directamente a la adherencia de los pacientes al tratamiento. Siendo así necesario tener paciencia y constancia.

¿Se pueden realizar tareas laborales, deportes y/o viajar teniendo úlceras venosas? Si. Una vez instituido el tratamiento (curación local, vendaje elástico, buena analgesia) y educando al paciente por parte del especialista, se pueden realizar actividades habituales. Lo único que está contraindicado, principalmente en la época de verano o calor, es la sumersión en agua (piscina, mar, rio) ya que es necesario que la herida siempre este aislada del ambiente, para evitar así las sobreinfecciones.

En conclusión, la mejor manera de evitar las ulceras venosas será realizar una consulta precoz para definir el diagnóstico y dar inicio al tratamiento. Asimismo, la prevención y los cambios de hábito serán de gran ayuda.

Consejos para seguir en casa y algo más…

Llega el verano, una época hermosa para disfrutar del aire libre y la oportunidad de lucir nuestras piernas, pero para muchas de nosotras, las várices y arañitas son un problema estético que nos hace esconderlas y seguir aferradas al pantalón largo todo el año. Sin embargo, como dijimso antes, no se trata solo de cómo no vemos sino de una cuestión de salud.

Si ya sufrís esta patología o si querés prevenirla te contamos cuáles son los números claves a tener en cuenta para mantener tus piernas sanas y bellas según la experiencia profesional y los consejos del médico flebólogo e investigador Miguel Ángel Gramajo Booth, creador del método de Flebología Restaurativa.

De 1 a 45, números de prevención

1 hora: la medida de tiempo a la que debemos prestar especial atención. Muchas veces nuestros trabajos nos exigen permanecer quietos en la misma postura. Pasado este lapso, debemos recordar dar breves paseos para movilizar las piernas.

2 litros de agua (como mínimo): Beber esta cantidad es fundamental para hidratarnos y conservar la completa armonía de nuestro cuerpo.

4 comidas muy saludables: ¡Mantener una alimentación equilibrada es indispensable para controlar nuestro peso y evitar el estreñimiento!  La consigna es llevar una dieta baja en calorías y alta en fibras: las frutas y verduras deben abundar en todos nuestros platos.

5 minutos de reposo: Cada vez que tengamos la oportunidad, puede resultar muy beneficioso acostarse y poner las piernas en alto. Esta postura es excelente para favorecer el retorno venoso.

10 minutos de automasajes: ¡La técnica que es muy sencilla! Los masajes deben realizarse de forma ascendente, desde los pies hasta llegar (muy lentamente) a los muslos. Los tres tips fundamentales: no aplicarlos directamente sobre las várices sino en las zonas aledañas, cuidar que los movimientos sean suaves (utilizar las palmas y dedos en su totalidad en vez de presionar con las yemas) y usar cremas o aceites para evitar la fricción. Disfrutemos de este momento que además de ser muy placentero permite que la sangre acumulada en las venas comience a movilizarse y fluir hacia el corazón.

30 minutos de ejercicios: Nada de grandes esfuerzos, una simple caminata ya resulta suficiente para fortalecer la musculatura de las piernas y favorecer la circulación de retorno. Bailar, correr, andar en bicicleta, nadar, hacer gimnasia, son otras excelentes opciones.

45 grados: el ángulo perfecto para inclinar nuestras piernas cada vez que nos acostamos para hacer reposo.

Si ya tenés várices…

Los avances de la tecnología en materia de salud y belleza han permitido que en la actualidad padecer várices ya no resulte un problema. Es más, hoy incluso no es necesario extirparlas, sino que puede lograrse que esas venas se tonifiquen y recuperen su funcionalidad.  La Fleboterapia Restaurativa, un método que se originó en Europa pero que fue ampliamente perfeccionado en nuestro país por el Dr. Miguel Ángel Gramajo Booth, por ejemplo, garantiza estos resultados.

El Tratamiento en números: menos es más

a 6 sesiones ya resultan suficientes para acabar con ellas. El  tratamiento es corto y mínimamente invasivo: el paciente ya no tiene que someterse a esas cirugías dolorosas que por otra parte no garantizan que el problema vuelva a aparecer. La cantidad adecuada de aplicaciones varía según la situación de cada paciente (y para establecer los pasos a seguir, se realiza un diagnóstico con moderna tecnología, además de un exhaustivo examen clínico).

1 sesión por semana. Sólo en casos específicos, se opta por una vez por mes, aunque también existe la posibilidad de hacer sesiones todos los días (ideal para aquellos pacientes que no viven en Buenos Aires). Durante el tratamiento, se introduce en la luz del vaso una sustancia natural que repara la pared del mismo y permite que la sangre vuelva a fluir normalmente. Luego de cada aplicación, la recuperación de las venas se percibe a simple vista y los síntomas de malestar comienzan a desaparecer.

0 reposo. El paciente logra reincorporarse de inmediato a sus actividades habituales (apenas necesitará  usar medias de elastocompresión graduada, pero sólo durante dos o tres días después de la aplicación).

 

 

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