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18/12/2019

Salud

Especial verano: Cuidados básicos para niños y embarazadas

Cuatro especialistas de la Fundación Hospitalaria responden cómo actuar en casos de golpes de calor, exposición solar y otras situaciones que caracterizan a esta estación.

Con el inicio del calor y las altas temperaturas, es importante prestar atención a ciertos síntomas que pueden indicar cuadros de deshidratación, golpes de calor y otros padecimientos que son frecuentes en esta época del año.

Bebés hasta 3 años

La Doctora Marisa Breton, Médica neonatóloga de la Fundación Hospitalaria, brinda sus consejos básicos.

-Cuidados del sol: Aplicarles pantallas solares, que pueden usarse a partir de los 3 meses. A pesar de usar la pantalla, no tienen que estar expuestos al sol. Deben estar en lugares frescos y ventilados.

-Consejos para mantenerlos hidratados: A los bebés hay que ofrecerles agua a partir de los 6 meses. Antes de ese tiempo,  ellos se mantienen hidratados con lo que consumen, independientemente de si toma teta o no. No hay que darles gaseosas o cualquier bebida azucarada.  En todo caso, después de los 6 meses, estar atentos y ofrecerles agua con frecuencia.

-Cómo vestirlos: hay que vestirlos con ropa clara y liviana, con gorro si es que van a estar al aire libre. En lo posible, que tengan el cuerpo cubierto.

– Picaduras de mosquitos y otros insectos: Se puede prevenir aplicando citronella en loción, evitando productos repelentes. Éstos pueden usarse a partir de los 2 años.  Si hay picaduras, hay que consultar con el pediatra, ya que es quien debe indicar la crema adecuada.

-En la pileta o el mar: Los menores de un año no deben ir a natatorios públicos por cuestiones infectológicas. Con respecto al mar, si va a ingresar al agua, debe ser bajo supervisión de un adulto, con las medidas de seguridad fundamentales. El tema a prestar atención en el mar es la exposición solar. 

– Diarreas: La diarrea es una patología de esta época. Es  importante controlar la fiebre y la tolerancia oral, es decir si hay vómitos o no. Si se dan las dos cosas (diarrea y vómitos) hay que  llevarlo a la guardia para controlar el nivel de hidratación, ofrecer agua en pequeños volúmenes para asegurarse que tolere la ingesta. Es importante la consulta al médico en esos casos.

Embarazadas

La Dra. María del Carmen Junes, Obstetra de la Fundación Hospitalaria, por su parte explica que con las embarazadas los cuidados básicos en verano son los siguientes:

-Cuidados del sol: La embarazada debe extremar los cuidados antes de exponerse al sol, utilizando protectores solares con un índice de protección mayor a 30. Éstos ayudan a disminuir la aparición de manchas en la piel que suelen producirse durante la gestación (melasma/cloasma, hiperpigmentación que se ubica más frecuentemente en pómulos, labio superior y frente). Debemos tener en cuenta que el sol tomado con moderación favorece la síntesis de vitamina D, la cual facilita la absorción de calcio y contribuye a mejorar el estado de ánimo.

-Golpe de calor: es una alteración de la regulación térmica. Una respuesta del cuerpo a una excesiva pérdida de agua y sal como consecuencia de  una prolongada exposición al sol sin una hidratación adecuada y sin protección solar. Las embarazadas deben estar atentas y  siempre mantenerse hidratadas, evitar comer comidas pesadas, evitar la exposición solar y estar en zonas frescas y de sombra.

 -Hidratación: es vital una correcta hidratación al menos 2 litros de agua/día, jugos de frutas, etc.

 -Alimentación en el verano: es de vital importancia ingerir verduras y frutas, lácteos y derivados preservando correctamente la cadena de frío.

 En conclusión es fundamental en esta etapa del año que la embarazada se hidrate correctamente, cuide su piel de la acción de los rayos UVA, e ingiera alimentos saludables (frutas y verduras).

Accidentes estivales

La Dra. Alejandra Lafont,  Jefa del Servicio de Pediatría de la Fundación Hospitalaria, nos cuenta que las afecciones más comunes en verano son las quemaduras solares, las picaduras de insectos y los accidentes ya sea en lugares al aire libre como clubes o lugar de veraneo, como en los domicilios.

Se incluyen también las situaciones riesgosas en el agua. Se consideran más peligrosas las aguas oscuras de mar y río, y la población más expuesta son los adolescentes.

Durante el verano son  frecuentes los accidentes domésticos en patios y balcones, pudiendo en algunos casos ser de gravedad. La recomendación es la supervisión y acondicionamiento periódico de estos lugares.

Para la prevención de accidentes es fundamental  inspeccionar previamente el lugar dónde el niño va a jugar, para poder detectar cualquier riesgo potencial de accidente, modificar la situación si esto es viable o impedir que el niño permanezca en ese sitio. Para esto es imprescindible no dejarlo nunca sólo y en caso de niños mayores asegurarse que las características del sitio no son peligrosas y hacer  una recorrida previa con un adulto para que puedan estar alerta ante eventuales riesgos.

Deshidratación infantil

La Dra. Maricarmen Di Fabio, Médica Pediatra de la Fundación Hospitalaria, explica, por su parte que para saber qué es la deshidratación, primero hay que saber qué es la hidratación. Una persona está hidratada cuando el aporte de agua y electrolitos correspondientes a las necesidades basales y pérdidas concurrentes son neutras, es decir, cuando el balance de lo que ingresa al organismo y los egresos son iguales.

 Partiendo de esto se puede definir deshidratación como el estado clínico consecutivo a la falta de líquidos y electrolitos en el organismo. Puede suceder por varias causas, por ejemplo por aumento de pérdidas, o por causas intestinales como vómitos, diarrea, o extraintestinales como quemaduras, poliuria, y por falta de aporte.

Los síntomas dependen del grado de deshidratación. La forma más objetiva para establecer el grado de deshidratación es tener en cuenta el peso normal que debe tener la persona. Además es importante estar al tanto sobre los signos de deshidratación, por ejemplo: Si el niño o bebé llora sin lagrimas, si tiene la boca seca con aumento de la sed, si orina menos, si no moja el pañal, si tiene los ojos hundidos, si está muy decaído, o si su respiración es agitada.

La leche materna es la mejor protección contra la deshidratación. Es importante el lavado de manos con agua y jabón antes de alimentar al niño, antes de preparar su comida y luego del cambio de pañales. 

Es fundamental mantener la higiene de la casa, lavar regularmente cuchillos, tablas o mesadas utilizadas para cortar carnes crudas antes de cortar otros alimentos.

También es muy importante mantener la cadena de frío de los alimentos, conservarlos en la heladera. Lavar frutas y verduras, y mantener la basura cerrada.

 

 

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