Luz

RSS

G Plus

Facebook

Twitter

Foto: Shutterstock
30/07/2020

Psicología

El psicoanálisis pragmático es un juego

Como en el de niños, donde el juego actúa como vía de entrada al inconsciente, esta corriente filosófica busca encontrar la máxima eficacia en la vinculación de la práctica y la teoría en un juego de a dos para ganarle al inconsciente.

Por el Lic. Raúl Menalled*

El psicoanálisis tiene que funcionar como un juego, un espacio lúdico. Esto está muy claro y aceptado en el psicoanálisis infantil, en el que  los niños van al consultorio del analista  a dibujar, a jugar con juguetes, juegos de mesa, plastilina, etc.

El juego en el psicoanálisis de niños actúa como vía de entrada a su inconsciente, ya que todavía no está tan desarrollada la función de la palabra, hay menos posibilidades de que asocie libremente, por lo tanto es desde lo lúdico donde el analista puede intervenir e interpretar al niño.

El juego siempre fue importante para el psicoanálisis. Freud en sus inicios  contó en el libro Más allá del principio del placer  la experiencia de ver a su nieto bebé jugando con un carretel y a partir de ahí poder explicar el proceso de simbolización de la ausencia y presencia de la madre dando origen a la formación del inconsciente.

Melanie Klein y Winnicott, de la escuela inglesa, fueron los pioneros en utilizar el juego en el psicoanálisis infantil.

El niño no puede poner en palabras sus emociones, entonces en el juego se va  desarrollando una dinámica vincular con el analista, quien interviene de manera activa con las emociones del niño, sus enojos, sus frustraciones en el perder y ganar, etc.

Es en la relación con el terapeuta donde se reeditan sus dificultades en los vínculos con el afuera. El terapeuta se ofrece para poner en palabras lo que el niño habla jugando.

¿Cómo juegan los adultos en el psicoanálisis? 

Los psicoanalistas también jugamos con los pacientes adultos, pero lo hacemos con las palabras: las damos vuelta, las recordamos, les damos otros significados, leemos entre líneas, nos dejamos llevar por el juego de palabras. Freud llamó a esto asociación libre y esa es la regla fundamental del psicoanálisis. ¿Pero por qué lo es? 

En la prehistoria del psicoanálisis, a fines del siglo XIX, Sigmund Freud comenzó utilizando la hipnosis como técnica para curar a sus pacientes denominadas histéricas en aquellas épocas.

Más adelante fue dándose cuenta de que la hipnosis solo podía producir resultados parciales y transitorios debido a que tenía la desventaja de no suprimir las resistencias del paciente, descubriendo entonces que era mucho más fácil el acceso al material inconsciente a través de la asociación libre.

La asociación libre es el método descripto como la regla fundamental de la técnica psicoanalítica y consiste en que el paciente  exprese, en las sesiones, todas sus ocurrencias, ideas, emociones, pensamientos, recuerdos o sentimientos, tal como se le presentan, sin ningún filtro, aun cuando el material le parezca incoherente, impúdico, impertinente o desprovisto de interés. 

Cuanto más libres sean las asociaciones puestas en palabras, más probable será que los contenidos inconscientes aparezcan en la sesión analítica. 

Jaques Lacan profundizó el valor de la palabra al decir que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, es decir que hay una cadena de significantes que nos antecede y nos determina.

Si bien la instrucción es simple y sencilla: «hable de todo lo que se le ocurra, sin ningún filtro», en general no resulta tan fácil la libertad de asociaciones de ideas por parte del paciente, porque se trata de una práctica inusual, ya que en ningún otro espacio, salvo el psicoanalítico, se espera que uno hable sin estar atento a las reglas sociales, sin la presencia de un otro que nos tiene que entender y que nos condicione sobre lo que hablamos.

Los principios del  psicoanálisis pragmático 

El pragmatismo es una corriente filosófica surgida a finales del siglo XIX en Estados Unidos que se basa  en la vinculación de la práctica y la teoría. Describe un proceso en el que la teoría se aplica a la práctica para formar lo que se denomina práctica inteligente. Lo pragmático refiere a la práctica, la realización de las acciones y no a la teoría o a la especulación.

La propuesta de un psicoanálisis pragmático es encontrar la máxima eficacia, la mayor eficiencia en la experiencia práctica, con el objetivo de conseguir logros y mejoras en el menor tiempo posible en la clínica, basándonos en los fundamentos teóricos desarrollados por Freud y Lacan.

En Psicoanálisis Pragmático planteamos la sesión como un juego, un espacio lúdico. Eso estimula muchísimo a que el paciente pueda entregarse al juego y asociar libremente.

El psicoanálisis es un juego, nada más parecido a dos niños jugando,  como cuando un analista y un paciente conectan sus pensamientos inconscientes y los unifican asociando libremente en conjunto.

El objetivo del juego es descifrar al inconsciente y ganarle. ¿Por qué ganarle? Porque por ahora el inconsciente nos viene ganando, nos hace repetir los mismos mecanismos que nos hacen padecer, nos hacen tropezar siempre con la misma piedra.  

A partir de que lo vamos descubriendo y descifrando, un día le ganamos un partido, otro día le ganamos otro partido hasta que algún día le ganamos el campeonato.

Nuestro trabajo es el de descifrar, el de descubrir qué es lo que el inconsciente le ordena al paciente y lo único que tenemos son las palabras. A partir de las palabras que el paciente dice, el psicoanalista está a la pesca tratando de descubrir qué es lo que el inconsciente dice. Es un trabajo en equipo y planteamos este espacio como un juego, un espacio lúdico.

Dentro de este juego hay algunas reglas: 

– La primera es que los dos, paciente y psicoanalista, tenemos que decir lo primero que se nos ocurra todo el tiempo, por más descabellado que parezca. Aunque parezca una pavada, aunque dé vergüenza, nos interrumpen y lo dicen, sin pedir permiso, esa es la primera regla.

– La segunda regla es que los sueños hay que traerlos a la sesión, porque ahí el inconsciente está hablando de manera directa, aunque muy disfrazado.

– La tercera y la última regla es que no vale decir no sé. Si preguntamos  algo y el paciente no lo sabe, lo tiene que inventar, igual esto es un juego, no es un examen, no es un juzgado, es solo un juego.

El paciente y el analista hacemos un equipo y al contrincante al que le tenemos que ganar es el inconsciente del paciente.

El paciente y el analista forman un equipo que tiene como objetivo descifrar al inconsciente para poder ganarle.

La posibilidad de que el analista y el paciente juguemos juntos hace que se aceleren los procesos de cambio y el psicoanálisis se vuelva mucho más pragmático y eficaz.

*Lic. Raúl Menalled  – MN 18314. Fundador de Psicoanálisis Pragmático. Licenciado en Psicología UBA. Instagram: @psicoanalistaraul

Fotos nota: Freepik

Archivado en: , ,

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.