Luz

RSS

G Plus

Facebook

Twitter

Hiroyuki Oba

Lejos de sus planes estaba Argentina, pero como todo en su vida, “fue sucediendo”, explica con una sonrisa el japonés Hiroyuki Oba. “Yo nací en Osaka, y mi amor por la cocina empezó cuando tenía 19 años”, relata.
Curioso y siempre emprendedor, y sin haber probado nunca la cocina occidental, Oba emprendió junto a un chef amigo un viaje por tierras españolas hasta dar en San Sebastián con el restó del emblemático Juan Marí Arzak.
Años más tarde, y necesitando un nuevo desafío, decidió probar suerte con otro pionero de los sabores: Ferran Adrià.
Más tarde conoció a Ohno Takehiro, chef japonés que trabajaba en la Argentina. «Un día me llamó para que tomara su lugar en el restaurante Rosa Negra y me pareció todo un desafío”, recuerda.
Así, el chef que nunca había cruzado el Atlántico llegó por primera vez a la Argentina en 1997, y aquí se quedó.

Imagen anterior
Rienda suelta
 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.