Luz

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-Suena a una terapia de pareja y éstas, suelen tener mala prensa…
-Pienso que las terapias de pareja tienen mala fama porque la gente va cuando ya es muy tarde y no hay nada por resolver, cuando se da cuenta de que atraviesa una crisis terminal. Entonces, el resultado es una ruptura. Las parejas deberían hacer terapia prematrimonial, es decir, antes de que existan los conflictos, para compartir códigos, negociar términos, conocerse desde un lugar distinto. Claramente, son muy pocos los matrimonios que asisten la terapia para resolver algo. Siempre pienso que hay dos cosas primordiales que hacemos en la vida: elegir una pareja y ser madres y padres. Hasta para freír papas en McDonald’s es preciso recibir una capacitación, pero para estas misiones esenciales nadie te explica nada. La terapia debería dar herramientas.
-¿Qué es lo que en esta época define a un buen marido?
-Aquel que trabaja la relación de pareja desde la humanidad y no desde lo masculino/femenino. Pienso que hay que ser respetuoso, pero no creo en roles tradicionales como única opción. Al contrario, creo que cada pareja es única y lo que importa es lo que está bien para ambos. Hay estereotipos que ya no van. Se trata de no pensar en las estructuras preestablecidas sino en términos personales, teniendo en cuenta la originalidad de cada uno. >>

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“Las mujeres no exponemos nuestras fantasías por temor a sentirnos menos femeninas”
 

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