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14/12/2018

Belleza

De cara al verano: belleza a tus pies

Algo olvidados durante el invierno, llega el tiempo de lucir los pies a pleno. Sin embargo, hay dos grandes enemigos que los pueden afectar los 365 días del año: la onicomicosis y la hiperhidrosis. Cómo prevenir y combatir estas patologías.

Durante el año los tapamos, con medias, zapatos cerrados y, quizás sin tener intención de abandonarlos, lo hacemos porque no se ven…. Son los pies, nuestra base, esos que nos llevan a todos lados y que, sobre todo en verano, piden a gritos que les demos una mano. Pero como dice la Dra. María Rolando Ortiz, cirujana dermocosmiatra,  directora de Ro Medical Art (romedicalart.com), “es importante tomar conciencia de que no basta con hacer una sesión de belleza
y cambiar el esmalte todas las semanas”. Lo indicado, explica, es efectuar un cuidado especial. Un pulido o peeling semanal, con algún producto abrasivo que contenga sílice o cualquier sustancia similar que retire las células muertas en forma suave. Se puede usar una esponja vegetal o guante de crin para favorecer la función de  arrastre. “Luego, humectar con cremas que contengan urea como principio activo en una base de siliconas, lanolina o vaselina. El pulido permite que la crema se absorba mejor”. Hay dos grandes enemigos de los pies, y ellos son la onicomicosis y la hiperhidrosis, pero vamos paso a paso…

ONICOMICOSIS:
Es el caso de los hongos de las uñas. “El tratamiento de esta patología puede demorar cerca de un año. Para detectarlo hay que prestar atención a las uñas engrosadas, amarillentas, quebradizas y con feo olor”, explica la doctora Irene Bermejo (MN 60.438, irenebermejo. com), y agrega: “El tratamiento consiste en productos locales: crema spray o laca, y muchas veces se asocia con medicación por vía oral. Si descubriste que tenés hongos y es verano algunos consejos prácticos son: cortar la uña al ras, limar el borde libre y limpiar con cepillo debajo de la misma. Siempre colocar un spray o crema debajo. Se pueden pintar, pero una vez por semana quitar el esmalte, limar el dorso de la uña y pincelar con laca”. Las señales de alarma para sospechar de una onicomicosis son: si se produce alteración de las uñas o descamación en la planta o entre los dedos de los pies; cuando después de un traumatismo en la uña, se presentan cambios en el color, espesor o textura; y si se observa descamación y picazón en manos, piernas o pies ya que puede ser una reacción alérgica por la presencia de hongos en las uñas. Hoy el láser es otra alternativa ya que actúa en forma específica sobre el hongo que se encuentra bajo la lámina ungueal, eliminándolo sin perjudicar los tejidos sanos. “El tratamiento con láser Neodinium Yag es una opción rápida, sin efectos adversos y con alta efectividad. Es una alternativa de gran utilidad en pacientes que no pueden recibir medicación vía oral o que no han respondido en forma satisfactoria a la misma”, agrega Ortiz, antes de enumerar los consejos básicos para prevenir la onicomicosis: “mantener las uñas limpias, no muy largas; suprimir el uso de material punzante en el cuidado de los pies; controlar que el material de pedicuría esté bien esterilizado; usar calzado amplio que permita que el pie esté aireado y cómodo a la hora de la actividad física (medio punto más grande); no usar calzados ajenos; ducharse con ojotas en duchas públicas; y secar bien los pies”.

HIPERHIDROSIS:
Es la excesiva secreción de sudor en la superficie de la piel, por encima de lo requerido para controlar la temperatura
del cuerpo. “Se considera hiperhidrosis cuando el sudor se presenta
en circunstancias en las que no se espera que suceda, o cuando se produce una respuesta desmedida a estímulos térmicos, emocionales o a fármacos”, explica Ortiz. Algunos tratamientos son:

Uso de desodorantes pédicos: eliminan o atenúan el olor de la transpiración e inhiben la proliferación bacteriana.
Aplicación de toxina botulínica tipo A: la misma debe estar aprobada por organismos reguladores. Su uso bloquea las terminaciones nerviosas que estimulan a las glándulas sudoríparas. Se administra a través de pequeñas inyecciones intradérmicas en el área. Los resultados se notan en tres o cuatro días. El tratamiento por lo general se efectúa una o dos veces al año”, concluye Ortiz. –

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