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15/04/2019

Nuestro Hombre

Chino Leunis: “Hay que saber ponerse en el lugar de aprendiz”

Por Pablo Steinmann | Tras su separación de Karin Rodríguez, su mujer por más de 14 años, afirma estar más introspectivo que nunca. Sobre Tinder, su hija, Messi, Zaira Nara y su renovado espíritu positivo habla en esta nota.

No fue la frutilla del postre, sino más bien su contracara, una suerte de antesala de lujo de unas vacaciones que, asegura, terminaron siendo inolvidables. Sí, a solo cuatro horas después de haber aterrizado en Barcelona, el Chino pudo cumplir uno de sus mayores anhelos: charlar en persona con Lionel Messi. “El encuentro se dio gracias a Rodrigo, su hermano mayor, que se portó como un verdadero caballero. Tuvo mil oportunidades para hacerse el distraído y no devolverme los llamados y siempre estuvo ahí, al pie del cañón. Fue una charla inolvidable con la que corroboré algo que presentía: que Leo es un ejemplo de humildad, un tipo fenomenal desde todo punto de vista”, dice y completa: “Si el viaje a Barcelona terminaba en ese mismo instante, yo ya me daba por satisfecho igual”.

Pero no terminó ahí y el largo paseo que sobrevino después también sobrepasó sus expectativas. “Es una ciudad increíble y haberla conocido con tiempo fue un flash. Más que renovado, volví transformado a Buenos Aires”, sentencia. Y acá lo esperaban varias novedades: una nueva rutina hogareña y familiar ya que a fines de 2018 se separó de su mujer y madre de su hija Delfina, Karin Rodriguez, y un nuevo destino laboral: Morfi, todos a la mesa, el ya consolidado programa matutino de Telefe.

-¿Dudaste mucho, poquito o nada a la hora de aceptar Morfi?
-Nada. Te lo juro. Apenas me junté con Darío Turovelzky (Director de Contenidos de Viacom/Telefe) le dije que me encantaba la idea. Antes de salir al aire, eso sí, estuve yendo mucho al piso para observar bien de cerca el programa. Iba con mi termo y el mate y me quedaba atrás, viendo qué pasaba dónde me iba a meter y demás.
¿Viste cuando tenés que poner un pez en una pecera, que primero ponés la bolsa y la dejás un rato para que el agua se vaya aclimatando? Bueno, algo así fue ese proceso.

-¿Cómo te juega el ego en esto de compartir la conducción?
Vos venías de conducir solo…
-Es un ejercicio lindo para hacer. Yo siento que en determinados momentos hay que saber ponerse en el lugar de aprendiz. Y acá tenía mucho para aprender, a ser más generoso, a abrir espacios para el otro… Y también es cierto que en este momento de mi vida me venía muy bien dividir la tensión del aire y no sentir todo el peso de un programa sobre mis hombros. Me parece que el hecho de ser hombre y mujer nos permite además ofrecer matices y aportes diferentes sin pisarnos. Tanto Zaira como yo tenemos cierta seguridad de lo que hacemos y creo que ninguno está pensando
en esa posibilidad.

-¿Con la rutina de despertarte temprano te adaptaste
rápido?
-Sí, para los que vivimos fuera de Capital, es lo más normal del mundo arrancar bien tempranito.

-¿Seguís viviendo en Ramos Mejía?
-Me fui bien cerquita, a Haedo. Para mí era esencial quedarme por la zona ya que ahí está el mundo de Delfina. Y con “Ka” (así le dice a Karina, su exmujer) tenemos la mejor, vivimos hablando para coordinar todo lo referido a ella.

“Nunca delegaría en Tinder, ni tampoco en las redes sociales, la
facultad de conocer a alguien. No es para mí”.

-¿Requirió mucho trabajo mantener la buena relación?
-Mirá, los dos somos conscientes de que tenemos una hija juntos y que eso es para siempre. La idea es clara: hay que mantener la mejor relación posible para que no sea ni un poquito incómodo estar en contacto permanente, pedirse ayuda o lo que sea. Por ahora marcha
todo muy bien. Yo siento que en definitiva, cuando se trata de buena gente, todo se acomoda y se arregla.

-Estuvieron 14 años juntos…
-Sí, mucho. Por eso siento que este es un momento clave para reencontrarme conmigo. Tengo toda la atención puesta en eso, en el trabajo, en mi hija… Tampoco es que me entregué al celibato y estoy evaluando monasterios para ir a dormir, pero realmente estoy muy enfocado en estos nuevos roles, en el de coconductor de Morfi y en el de padre separado.

-Imagino que tampoco te deben faltar propuestas románticas…
-No te creas, eh. Primero porque no estoy saliendo casi nada, me duermo todos los días a las once de la noche como máximo, un embole… (sonríe). La verdad es que nunca fui muy salidor tampoco. Pero no me preocupa, me siento un tipo sociable y creo que hay un montón de otros programas que se pueden hacer además de salir
a bailar. Pero sí, volviendo a tu pregunta, no tengo ni idea dónde puedo llegar a conocer a alguien…

-¿Tinder?
-Nooo (ríe). Fuera de broma, nunca delegaría en ese tipo de aplicaciones, ni tampoco en las redes sociales, la facultad de conocer a alguien. No puedo engancharme a fondo si no sé bien quién es la persona que tengo enfrente. No es para mí.

-Estás más flaco, ¿producto de la separación?
-No, no, fue algo buscado. Fui a ver a un médico deportólogo y nutricioncita y retomé el ejercicio a full. Lo hago con más dedicación ahora, cuatro veces por semana con un profe de Funcional Gym. Y si algún día tengo mucha fiaca de ir, voy igual. Termino muerto pero feliz. La actividad física me pone en un buen lugar, me despeja.

-¿Qué otras cosas te despejan?
-Escuchar música en el auto. Ahora estoy a full con Djavan, un músico brasilero que me acabo de enterar tocará en junio en el Rex. Y siempre seré de la música romántica, de esas canciones que se te pegan y las cantás con el alma. Me da un poco de calor decirlo, pero me encanta cantar. Quizá antes me lo tenía más “prohibido” pero ahora me animo más, incluso en el programa. Es como que me estoy desacartonando un poco más, me gusta salir de esa imagen de conductor súper correcto. Puedo ser incorrecto también. Y falible. Estoy abrazando esa idea.

-¿Un nuevo Chino?
-No sé si tanto, pero siento que en esta etapa estoy muy centrado en mí, en mis búsquedas, mis necesidades. Siento que a partir de eso, de encontrarme con mi yo más verdadero, puedo ser mejor padre, mejor profesional, mejor todo. Me gusta este proceso, siento que me está aportando más autenticidad y eso es genial. –

 

En Positivo

Hincha fanático de Racing, último campeón de la Superliga, Leandro fue parte de la “mesa chica” que comenzó a imponer en redes sociales y otros terrenos el lema “Racing Positivo”.  “Fue producto de muchas charlas en las que coincidimos en la necesidad de trascender el paradigma del hincha sufrido. Arrancamos en 2014, antes de ganar el campeonato de ese mismo año así que mal no nos fue…”, comenta pícaro antes de completar: “Ser positivo no significa ser negador, para nada. Significa despegarse de la pálida y aprender a salir del lugar de víctima. Aplica no solo al fútbol, sino a todos los aspectos de la vida”.

Edición Nro:

 

 

Un pensamiento en “Chino Leunis: “Hay que saber ponerse en el lugar de aprendiz””

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