«Hacía tiempo que me había consultado cómo se decía en español: ‘Me quiero casar con Lu’. Entonces se lo anotó en su teléfono celular. Siempre me pregunta ese tipo de cosas. Por eso nunca sospeché que la proposición llegaría tan pronto. Sacó el Blackberry y comenzó a leer la frase. Todos lo tomamos en broma y él se puso serio».
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