«Vi una ciudad distinta: todas las boites estaban cerradas, pero a cambio pude disfrutar de los barcitos y cafecitos divinos que tiene la ciudad en cada rincón», dijo Papaleo.
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«Vi una ciudad distinta: todas las boites estaban cerradas, pero a cambio pude disfrutar de los barcitos y cafecitos divinos que tiene la ciudad en cada rincón», dijo Papaleo.
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