El barrio más pintoresco – y, a su vez, más turístico- es Plaka, que gracias a sus angostas callejuelas remonta a cualquier visitante a tiempos inmemoriales. “Lo mejor es pasear por la noche por este quartier y detenerse en una típica taberna para degustar greek salad (compuesta por tomates, pepinos, alcaparras, aceitunas y queso de cabra)”, aconseja la ex modelo que ahora es dueña de una línea de gafas que lleva su nombre».
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