«Soy un hombre renacentista, mejor dicho. Hago muchas actividades, pero ninguna extremadamente bien, por eso no soy genial (risas). Tengo un abanico amplio de intereses, todo me aburre y no tengo preconcebido un camino. Jamás quise ser ministro de Economía, por ejemplo. Soy un ser circunstancial.»
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