«Con mi viejo tengo una gran relación y desde chico fue así. Por ahí nos une mucha la música, es cierto, pero, fuera de eso, tenemos un vínculo de lo más normal y fluido. Él también es un gran cocinero y anfitrión, así que por lo menos cada dos semanas nos juntamos todos en su casa a comer. Él es feliz con sus nietos y la casa llena de gritos».
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