“A partir de los 20 la tasa de renovación celular cae en un 28 por ciento, las células muertas no se descaman con tanta facilidad, y la piel se torna más gruesa y más susceptible a deteriorarse por factores externos”, explica la Dra. Graciela Cuomo, del servicio de
dermatología del Hospital Italiano y asesora de Neutrogena.
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