Pocos tienen la posibilidad de pasar, al final de la adolescencia, seis meses en Europa junto a sus padres en plan de paseo. Pero menos aún son los que lo aprovechan al máximo y hasta terminan de definir qué harán con sus vidas de ahí en más gracias a la experiencia. Esto le sucedió al chef mexicano Gerardo Rivera Gutiérrez, de visita en Buenos Aires: “El hecho de haber pasado varios meses afuera nos dio la posibilidad de disfrutar de la vida cotidiana y eso incluye las comidas de los diferentes países, lo que me resultaba muy atractivo. De por sí, siempre había visto a mis padres que cocinaban muy rico, y yo los ayudaba. Era una casa donde se disfrutaba de preparar platillos. Cuando volvimos de Europa, ya sabía que me quería dedicar a la cocina”, cuenta Rivera
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