La cocina fue el ámbito que más refacciones sufrió. Se le quitó espacio al pasillo de entrada y se agrandó. Así se logró incluso un pequeño lavadero. La pared del fondo, pintada de azul cobalto, brinda alegría en su contraste con los azulejos blancos en pico. Sobre la mesada de cemento alisado, unas jarras (Azora) y una bandeja lista para el té (Paul).
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