Desde hace 20 años no deja de ir ni un día al gimnasio y gasta aproximadamente $1000 mensuales en su imagen. «Nunca tuve mucho busto, pero no por ello me puse siliconas. Elijo convivir con unas piernas que no son de mi agrado y resalto mis hombros y mi cintura, que considero son mi fuerte», comenta.
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