Apenas 270 kilómetros o, si se quiere poner en términos más envidiables
aún, unos 150 minutos en tren. Y sí, ésa es otra de las ventajas de vivir en Europa: pasar en menos de un suspiro de una ciudad como París
(adonde Romina Lanaro y Federico Moyano estaban instalados viviendo) a Brujas, en el corazón de Bélgica.
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