Luz

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MONÁRQUICO
El capitoné del respaldo, la araña con caireles y el empapelado con tintes románticos ayudan a que el cuarto se parezca al de una princesa. Además, para que no todo no sea tan formal, se le agregó una alfombrita colorida y unos espejitos circulares muy cancheros.

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Había una vez un mundo
 

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