Alejandro Morales
Chef del Parador La Huella.
Su creatividad se desató desde pequeño: “A los siete años jugando on unos amigos cociné un pedazo de carne sobre una maceta atravesada por un alambre. Fue mi primer asado en una parrilla improvisada”, confiesa. Eso fue una señal, no una sorpresa para sus padres, propietarios de un asador en Montevideo. ”Estábamos cerca del puerto- agrega-, allí a los 16 empecé colaborando con los rellenos de la pascualina”. Aunque cocinó por el mundo “por ejemplo en la cena aniversario para la Boda de Gilberto Pilgram, pope de la cocina californiana, y en la mesa estaban Alice Waters y David Tanis, otros chefs reconocidos internacionalmente”, él sostiene que nada le da más placer hoy que agasajar a su hijo de un año y medio.
“Me considero experto en papillas para bebé. Me inicié en el género cocinando para él”, concluye.
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