A los 19 años empezó a estudiar teatro con Agustín Alezzo, pero no imaginaba este presente. “Todo fue superando mis expectativas” explica a los 44 mientras juega en las ligas mayores de la tevé. Tal como le enseñó su papá durante la infancia en Ramos Mejía fue “ honesto, laburador y no jodió a nadie”.
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