Tiene aires de maléfica cuando actúa por las tiras haciendo de villana- como lo hizo en La Dueña-. Es sofisticada aún sin proponérselo y profesional como aquellas modelos “de la vieja escuela”. Capaz de hacer tres cambios de ropa durante una producción en sólo 30 minutos, entrando y saliendo del probador en cuestión de segundos como lo hacía Julia Roberts en una memorable escena del filme Mujer bonita.
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