Gonzalo D’Ambrosio
SIMPLE Y RESULTÓN, ELGOURMET
Desde Madrid (actual lugar de residencia) afirma sin vergüenza: “Me convertí en chef porque soy gordo de alma. El primer plato que cociné en mi vida fue un pollo a la naranja, ¡a los 7 años!”. Luego de esa deliciosa proeza la suma de indigestiones que le causó a su familia lo obligó a estudiar gastronomía en el IAG (Instituto Argentino de Gastronomía). Mientras se formaba trabajó en rotiserías de barrio, en pequeñas empresas de catering, restaurantes de verano, “boliches bacanes” y de golpe a los 21 años se convirtió en Chef Ejecutivo de una cadena de restaurantes argentinos que no existe en la actualidad. “Entré a este metier porque siempre consideré que la cocina es el lugar menos rutinario del mundo, por eso me propongo no encasillarme en un tipo de comida”.
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