Luminosa y sofisticada aparece en el hotel donde se hará la producción de fotos sin nada en la mano. Ni cartera, ni clutch. Tampoco las llaves del auto. Completamente despojada, sin más bijou que el anillo de bodas. Todos se dan vuelta para verla, pero ella actúa como una huésped más. No debe ser fácil ser Valeria Mazza.
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