BERTRAND EGINARD
Chef ejecutivo del Hotel Intercontinental Buenos Aires
Por suerte los pasaportes vencen y cada tanto hay que cambiarlos sino el de Bertrand sería un auténtico laberinto de sellos de todo tipo, estilo, latitud e idioma. Nació en Francia y cuando a los 17 descubrió que sus dos pasiones eran viajar y cocinar, se dejó llevar por el destino. Pasó por cocinas y hoteles de Inglaterra, España, Canadá, Dubai, Chile y Estados Unidos, país en el que vivió durante muchos años y en el que llegó a tener su propio restó. Hace ya más de una década, sin embargo, se instaló en Argentina, en la cocina del Hotel Intercontinental Buenos Aires. “Priorizo el trabajo en equipo y el hecho de poder manejarme con altos estándares de calidad y servicio”, apunta con su acento que cada vez tiene más de porteño que de parisino. “Yo me siento plenamente argentino, salvo cuando la selección de fútbol de acá se enfrenta a la de Francia. Ahí vuelvo a mis raíces”, comenta con una sonrisa. Fanático de Boca, en sus propuestas suelen haber platos de todo el mundo, desde un tajine argelino (su abuelo era de allí) hasta un curry indio. Sueña con viajar a Tailandia y conocer de cerca su gastronomía. “Siempre se puede seguir sumando nuevas experiencias. Eso es lo bueno, quizá hasta lo mejor, de esta profesión”, sentencia.
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