Gastón Riveira
Chef fundador de La Cabrera
Recuerda a su abuelo Juan como uno de los primeros que lo acercó a “la parrilla”, ese espacio tan mítico como argentino. Junto a las brasas forjó su carrera en la gastronomía. Estudió con Alicia Berger y se perfeccionó en Europa. Hace ya 13 años abrió su primer local de La Cabrera en Palermo, el barrio donde vivió toda la vida. El boca a boca lo ayudó y terminó abriendo tres locales más, “siempre cerquita” y con el mismo concepto: una “parrilla divertida”, que incorpore la cocina a través de originales recursos y acompañamientos. Ama la carne (“y acá realmente se consiguen cortes fuera de serie”, comenta) pero sostiene que los complementos son igual de importantes. Apasionado, le encanta compartir tips y consejos. Además de la materia prima (“fundamental”) habla de la propia parrilla (“lo ideal es que sea de hierro redondo y que esté siempre a una altura de 15 cm.”) y de la “prueba de los siete segundos”, el tiempo justo que debe permanecer la mano encima de los alimentos antes dequemarse. “Esa es la temperatura perfecta de las brasas”, señala. Descree del asado como algo exclusivamente masculino. “Mi mamá los hace maravillosamente bien”, aporta. ¿Su corte preferido? “Ojo de bife. Acompañado por tortilla, ensalada de hojas verdes y papas fritas, por supuesto”.
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