Arribar a Venecia es una aventura muy particular. Si es por tren se llega a la estación central y apenas uno la abandona se encuentra con el canal, los vaporettos y los gondolieri. En cambio, si uno accede por avión, desde los muelles del aeropuerto se puede tomar un taxi o mismo la lancha colectiva que llega en más de una hora al centro de la ciudad.
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