Forman parte de este punto neurálgico la basílica de San Marcos, el Palacio Ducal y la famosa Torre del reloj. Alrededor hay montones de cafés, heladerías y restaurantes que en épocas de calor sacan las mesas afuera de las recovas para disfrutar un riquísimo ristretto. La pareja realizó también uno de los paseos más tradicionales venecianos: el viaje en góndola.
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