«A los 20 años la belleza significa usar un rato la bucleadora, delinearte los ojos y encontrar una buena pollera corta. A mis 36 años, además de arreglarme, me concentro en la salud. La permisa es que ninguna de las cosas que una hace para sentirse linda, te dañe después. Hay tratamientos agresivos. Estás divina tres meses, pero después te queda el pelo hecho paja, o andar maquillada las 24 horas todos los días a la larga la piel te lo factura.»
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