“Las telas, las tramas, los detalles, los colores… Todo me interesó. Después de eso abrí un showroom muy a pulmón, dentro del taller donde pintaba, y ahí comenzamos a vender con mi amiga Tatiana Saal, mi actual socia, ropa que traíamos de los viajes. Era muy divertido, había una gran variedad de prendas y estilos.»
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