“Estábamos en Colonia, Uruguay, vimos la mesa ratona, nos encantó, y sin dudarlo la cargamos en el auto y nos la trajimos en el ferry”, cuenta la dueña de casa.
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“Estábamos en Colonia, Uruguay, vimos la mesa ratona, nos encantó, y sin dudarlo la cargamos en el auto y nos la trajimos en el ferry”, cuenta la dueña de casa.
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