Luz

Diego Moyano
Chef del restaurante La Cabaña

Está convencido de que la cocina es una fuente de cariño y también puede ser herramienta de seducción. No sólo porque su principal fan es su compañera de ruta y esposa, a quien le cocina como muestra de amor y conquistó también con ayuda de este oficio, sino que su vida está plagada de momentos en los que la unión familiar estaba entrelazada con la comida. “Mi abuela materna se llamaba Rosa- recuerda Diego Moyano, chef de La Cabaña- y cada 31 de agosto (para Santa Rosa) preparaba ravioles caseros con espinaca y seso y estofado de carne vacuna y de ave, menú que arrancaba cocinando dos días antes para agasajar a toda la parentela. De esta etapa atesora recuerdos inolvidables y que hoy lo acompañan en cada decisión que toma frente a los fuegos de la cocina del elegante restó de Puerto Madero. “Los clientes son personas que valoran y reconocen la calidad. Buscan servicio cinco estrellas y es lo que procuramos darles”, dice este cocinero que pasó por selectas cocinas como las del grupo hotelero NH y de otras internacionales como el Ritz de Madrid y de Perú como la del Hotel Monasterio, entre otros. Dinámico, no descansa ni aun en su casa. “En mi hogar también cocino. Me encanta hacer cosas a la parrilla, pero también mariscos y risottos que son mis preferidos” Aunque muchos sueños ya están cumplidos, aún le resta uno importante: expandir el restó a otras partes del mundo y ser un digno embajador de nuestra tierra y nuestros sabores.