La organización es la base de la rutina de Luisana. En medio de una vida que se reparte entre aviones, producciones de fotos, sets de filmación y conciertos esta actriz jamás pierde su disciplina. Su tiempo en Buenos Aires lo aprovecha para hacer notas, mientras su marido descansa en su casa de Nordelta. Allí nos recibe. Está sentada en el comedor y charla con Michael Bublé en inglés, mientras su hijo Noah de dos años da vueltas por el living.
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