«Antes era muy de viajar, de ir a todos lados con el auto, tenía muchas actividades, era independiente y no tenía que cumplir horarios o estar pendiente de nada más que de mí. Desde que nació León ya no pienso qué tengo ganas de hacer, sino en él primero y después en todo lo demás. Y sin dudas, soy mucho más feliz que antes.»
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