“Compramos una nueva casa y ese día Aaron me sorprendió citando a una notaria. Ahí mismo me dijo: “Hoy te casás conmigo”. Y así fue, la ceremonia fue en la cocina (risas). Jamás voy a olvidar ese día tan mágico, además llovía a cántaros. Acepté por eso, porque novia bañada, es novia afortunada”.
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