Se llama Florencia, pero todos la conocen como Poty Hernández. Recién después de terminar su licenciatura en Marketing viajó a Italia y se estableció en Milán para estudiar en el Instituto di Moda Burgo en Milán. Trabajó un tiempo en Barcelona y, ya de vuelta en Argentina, empezó a hacer ropa. “Comencé en 2009. Aprendí a hacer serigrafía y estampaba prendas con obras de mi hermano Tempe que es artista”, recuerda.
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