Un bolsito con la ropa del día, los libros de la escuela, las tareas, alguna vianda, el pijama… ¿Algo más? Listas de ese estilo fueron las que poblaron la cabeza de Sofía desde los 6 años, cuando sus padres Aníbal Pachano y Ana Sanz se separaron y ella debió repartirse, ¡día por medio!, entre ambas casas. “Vivía con la cabeza dividida, pero soy una agradecida total de eso. Primero porque así crecí acompañada por ambos y segundo porque me ayudó a ser organizada y prolija desde muy chica”
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